La soprano ovetense Ana Nebot encabeza el reparto de "El rey que rabió", zarzuela de Chapí que abre el ciclo lírico del Campoamor el próximo martes. Los días 3 y 4 también habrá funciones.
-¿Cómo es su papel?
-Me llamo Rosa y soy una chica sencilla que vive en un pueblo, va a la fuente y se encuentra a un chico guapísimo. Distinto. Surge el amor. No sabe que es el rey. Es un amor sin interés, como debe ser. Es un poco la historia de Letizia me dicen algunos en los ensayos: una persona normal que se fijan en ella y viceversa, claro. Le ve algo especial aunque va vestido de pastor. Y se cruza mi primo Jeremías que se quiere casa conmigo pero no le hago caso.
-Actual.
-Es muy actual. Trata temas universales: la política, el amor, la corrupción. El rey está harto de pelotas y de gente que le engaña. Quiere ver la verdad. Pero no la puede ver.
-¿Cómo evoluciona?
-El personaje no tiene un gran desarrollo psicológico. Estoy en el pueblo, sufro cuando a él lo llevan al Ejército. Un día me llaman a palacio y de repente veo que el rey es el pastor. Y dice que la belleza está en el corazón.
-La pastora pasa a reina.
-Claro. Es un cuento. Es una obra muy adecuada para los niños. Sale un perro a escena...
-¿Cómo evitan sustos?
-Eso es una sorpresa, hay que ir al teatro a verlo. Los niños a los que doy clase en Llanes no entendían, cuando les avancé cosas, cómo no conocía al rey. Van a venir al Campoamor gracias a un precio que me facilitó el Ayuntamiento de Oviedo. Ya el año pasado vinieron a la ópera. La zarzuela es en castellano, es perfecta para iniciarse. Emilio Sagi hace una obra súper dinámica.
-Perfecta pero...
-Hay prejuicios. Algunos creen que la zarzuela es casposa como decían que el bale era de paletos. Por ejemplo, critica a la monarquía, no hay nada más actual. Se hizo mal en una época. En todo caso, los temas castizos se pueden abordar de forma actual. En una tienda me dijeron en otro día: yo no fui nunca a la ópera pero mi abuela veía la zarzuela todos los sábados en la tele y a lo mejor me animo y voy al Campoamor.
-¿Emociona a simple vista y oído?
-Como la voz en vivo no hay nada. Con un micro lo pasas muy bien pero el directo la gente lo valora. Una persona que esté centrada en el heavy metal escucha una hermosa obra barroca y la valora.
-¿Cuál es la clave?
-La clave es la educación. La lírica no es para ricos y viejos como se dice. La educación es la única manera de sensibilizar a la gente para que valore la música. No puedes meter a un niño dos horas en un teatro y a ver si aguanta.
-Al ballet muchas niñas van de uniforme, salen corriendo del colegio al teatro.
-Me pasó. Vi así a Maya Plisétskaya y a Alicia Alonso. Y en el descanso, un toblerone que me daba mi madre. Nunca fui a un espectáculo pedagógico. Oviedo ha tenido a Luis Iberni que puso a la ciudad en el nivel musical que está ahora, aquí el público llena o casi las salas. Hay seguidores que lo hacen también muy bien. En otros sitios de España cuesta mucho vender entradas de lírica y de música clásica. Hace falta apoyo institucional. Y dejar que siga funcionando lo que funciona. La entrada más cara de la zarzuela es 38,5 euros y una vez al mes se puede pagar. Una chica se gasta al mes eso en camisetas y enseguida las desecha.
