Y saltó la sorpresa. Menuda gran sorpresa: Spotlight, una pequeña película de reparto coral, director de poco lustre y un argumento punzante sobre abusos a menores por parte de sacerdotes, entró en la 88.ª edición de los premios "Oscar" como una de las cenicientas y salió a hombros con su defensa sin paliativos del periodismo independiente que investiga, contrasta y denuncia.

Fue chocante que sólo se llevara otro premio en el zurrón, el de mejor guión original. El renacido, la gran favorita, cazó dos estatuillas importantes. La más cantada, al mejor actor, por fin Leonardo DiCaprio tras cuatro intentonas. El actor recordó como es debido a su mentor, Martin Scorsese, y, sin mostrar nerviosismo, lanzó un mensaje ecologista contra el cambio climático. Alejandro González Iñárritu ganó como mejor director por segundo año consecutivo, algo que sólo habían conseguido John Ford y Joseph L. Mankiewicz, pero su película se quedó sin el premio gordo.

Fue una gran noche para jóvenes talentos. Brie Larson derrotó nada más y nada menos que a los pesos pesados Cate Blanchett y Jennifer Lawrence por su extraordinaria interpretación de madre que crea un mundo entero para su hijo pequeño en La habitación donde viven cautivos. Y Alicia Vikander se reafirmó como una de las actrices más prometedoras por su trabajo excepcional en La chica danesa, donde su papel es cualquier cosa menos secundario. Por edad, Mark Rylance no se puede considerar un novato, pero su nombre era apenas conocido por el gran público antes de que Steven Spielberg le ofreciera en El puente de los espías la oportunidad de demostrar su talento con un personaje que él hace inolvidable. La Academia de Hollywood no se dejó impresionar por el toque emotivo de Sylvester Stallone en la piel de Rocky.

Por cantidad, Mad Max: furia en la carretera llenó el depósito con seis premios de los mal llamados "técnicos": diseño de vestuario, montaje, dirección de arte, maquillaje, sonido y edición de sonido. A nadie le pilló por sorpresa el galardón a la mejor fotografía para el mago Emmanuel Lubezki. Y con total merecimiento, "El renacido" es, ante todo, un trabajo de extremada belleza plástica que supera su discutible guión y los artificios ostentosos de Iñárritu. Lo que nadie esperaba, ni siquiera sus responsables, es que la modestísima Ex machina dejara con un plano de narices a Mad Max, Star wars: el despertar de la fuerza, Marte y El renacido con sus imaginativos efectos especiales. Otras categorías cumplieron los pronósticos: Del revés como cinta de animación y El hijo de Saúl como película de habla no inglesa. Como error histórico, el "Oscar" a Jimmy Napes y Sam Smith por su horrorosa canción para Spectre. Nada que ver con la distinción/homenaje al venerable Ennio Morricone, aunque Los odiosos ocho no esté entre sus mejores obras.