Primero, todos en la redes sociales se reían a costa del vídeo sexual que había grabado la joven italiana Tiziana Cantone, de 31 años, y ahora el país está conmocionado por el suicidio de esta mujer cuya expareja difundió los vídeos que ambos se habían grabado practicando sexo. Tiziana perdió su trabajo y fue objeto de un sinnúmero de burlas. Casi todas orbitaban en torno a la frase que ella pronunciaba al comienzo: "¿Estás grabando un vídeo? Bravo". El martes pasado se ahorcó en el sótano de su casa. Una de las tías de la fallecida, no tiene duda sobre quienes son los culpables: "Mi sobrina ha sido asesinada por la web y por la indiferencia de muchos".

La Justicia italiana abrió ayer una investigación para indagar si hubo inducción al suicidio. El cuerpo de esta mujer de notable belleza fue encontrado por su tía. Fue el desenlace final de una historia que comenzó en 2015, cuando Cantone descubrió que una serie de vídeos de contenido sexual en los que ella aparecía se habían filtrado y subido a diversas páginas web y redes sociales. Aunque la Justicia le reconoció su derecho a eliminar el rastro en internet dejado por esos vídeos, fue también condenada a pagar una elevada suma a varios sitios que los difundieron.

Tras convertirse en foco de burlas, parodias e insultos continuados (se llegó a popularizar una camiseta con la frase inicial de los vídeos), y de perder su trabajo a consecuencia de esta relevancia pública que adquirió, quedó sumida en la angustia y la depresión. Se planteó cambiar su identidad y abandonar Nápoles. Al final la salida fue otra.

La semana pasada obtuvo una sentencia favorable: la Justicia italiana ordenó suprimir estos vídeos y los comentarios que los usuarios habían escrito en la red además de condenar a varios sitios que los habían difundido al pago de costas. Sin embargo, en el mismo fallo también se consideró que Cantone consintió las grabaciones y fue condenada a pagar otros 20.000 euros de costas a otros cinco sitios web.

La Justicia investigará las causas del suicidio de Cantone mientras que en medios italianos se ha abierto el debate sobre la presión que ejerce la red y sobre si el desenlace no se podría haber evitado.