Mañana mismo comienza el otoño, época del año en la que abundan los días de "peli, manta y sofá" o ¿deberíamos decir Netflix, manta y sofá? En octubre se cumple un año de la llegada de la plataforma digital a España y se estima que cuenta con medio millón de suscriptores, una cifra modesta en comparación con su incursión en otros países. Sin embargo, servicios similares como HBO o Sky también planean su aterrizaje en España, conscientes de que la demanda de este tipo de contenido está en alza en nuestro país.

Las nuevas plataformas audiovisuales funcionan, como casi todo hoy en día, mediante una aplicación. Una vez instalada en nuestros dispositivos accedemos a un gran catálogo de películas y series por una cuota mensual (Netflix ronda los 10 euros). A esta forma de consumir contenido multimedia en línea, sin descargar ficheros ni reproducirlos a partir de un DVD o CD, se le conoce como vídeo en "streaming".

El consumo de vídeo en línea crece de forma imparable y, en muchos países, consigue igualar o superar a la televisión convencional. Dos tercios de los encuestados por la consultora internacional Nielsen en una investigación desarrollada en 61 países, admiten que eligen a la carta los contenidos audiovisuales que les gustan. Lo hacen, además, en cualquier soporte y en cualquier lugar. Un filón que han sabido aprovechar las grandes firmas tecnológicas. Muchas de ellas han apostado por dotar a las televisiones de internet (conocidas como Smart TV) para ofrecer acceso a los nuevos soportes de vídeo. Apple y Google, en cambio, han optado por comercializar dispositivos (Apple TV y Chromecast) que permiten enviar a cualquier televisor los contenidos multimedia del móvil o la tableta. ¿Qué ocurre si lo que deseamos ver está en nuestro ordenador? Aplicaciones como Plex sincronizan los ficheros del PC con la televisión.

Sin ir más lejos, el propio Youtube es una gran fuente de entretenimiento en "streaming". De sus canales emanan horas de vídeo para satisfacer a una generación sedienta de novedades y desvinculada, en gran medida, de la televisión convencional. Tanto es así, que los "youtubers" (personas dedicadas a subir vídeos a Youtube) se han convertido en personajes mediáticos. Esta misma semana conocíamos la indignación de El Rubius, el "youtuber" español con más seguidores, al ser fotografiado por un paparazzi en sus vacaciones en la playa. Viejos dramas para nuevas celebridades.

En medio de este pulso entre lo moderno y lo convencional, la ya mencionada Netflix nos deja una nota simpática al solicitar ayuda a la Real Academia Española (RAE) para traducir un pasaje de "Narcos", una de sus series de éxito. "Porque nosotros somos el Cartel de Medellín, hijueputa", clamaba el protagonista de la serie en la escena que Netflix España quiso promocionar pero no encontró cómo escribir la palabrota en los subtítulos. A través de Twitter, la plataforma digital le trasladó su duda a la RAE y ésta fue la respuesta de la Academia (@RAEInforma): "El personaje parece decir «higüeputa» o «güeputa», formas poco usadas. Subt. válido y aconsejable: ´hijueputa´". Los usuarios, con miles de "retweets" y corazones, sellaron la amistad digital entre la seria institución y la joven plataforma.