El cine no ha dejado de escarbar en la realidad y en sus aristas. La prueba son las películas que se han estrenado en los últimos años sobre el proselitismo de signo yihadista, activo en el mismo corazón de Europa, y el terrorismo asociado al Estado Islámico (también llamado, según se trate del mundo francófono o anglosajón, Daesh e ISIS). Y un ejemplo notable de esa tendencia es la cinta "Le ciel attendra", que su directora presentó ayer en Gijón. "Surge de las preguntas después de leer casos de chicas de catorce a diecisiete años que iban a Siria con el Daesh; de querer saber qué estaba ocurriendo en la sociedad francesa después del atentado (7 de enero de 2015) contra 'Charlie Hebdo'", explicó Marie-Castielle Mention- Schaar.

El Festival Internacional de Cine de Gijón ha puesto este año el foco sobre algunas vertientes de ese fenómeno. No hay que olvidar que sus programadores eligieron para abrir el certamen "Layla M", de Mijke de Jong, donde éste cuenta otro caso de radicalización islamista. "He querido ver las raíces y cómo crecía ese proceso", aseguró Mention-Schaar, una cineasta cuyas historias han estado centradas hasta la fecha en el mundo adolescente. En el 2014 obtuvo en Valladolid el premio "Seminci Joven" a la mejor película por "La profesora de Historia" ("Les Héritiers"). Esta productora y guionista ha dirigido, además, "Ma première fois" y "Bowling".

Mentión-Schaar contó ayer que empezó a rodar "Le ciel attendra" tres días antes de los atentados de París de hace un año, la matanza yihadista que arrojó 137 pesonas asesinadas y otras 415 heridas. "Por mi formación periodística busco historias que tengan anclaje en lo real y me ha interesado siempre el mundo de la adolescencia", hizo resaltal la cineasta. De esos intereses brota este filme arduamente documentado a partir de casos reales que siguió en un centro, creado por el Gobierno francés, para prevenir la radicalización islamista: "Durante tres meses fui la sombra de su directora y conocí a treinta chicas a las que empecé a hacer un seguimiento". Todas ellas trataron de viajar a Siria y vivieron en primera persona ese camino de identificación con los postulados yihadistas. Una de las que estuvo en los territorios controlados por el Estado Islámico fue una ayuda sustancial para poder armar algunos de los mimbres de "Le ciel attendra".

Mention-Schaar dio algunos datos que invitan a la reflexión. El cuarenta por ciento de estas muchachas que se sienten atraídas por el extremismo islamista son católicas. Curiosamente, hay también ateas y practicantes del judaísmo. Chicas que estudian bien, inteligentes, atentas, altruistas, según la descripción de la realizadora francesa. Es el perfil.

Un porcentanje alto de esas jóvenes es de clase media, aunque proceden de todos los estamentos sociales. La película cuenta el particular viaje de ida y vuelta de dos de ellas, Sonia y Melanie; dos puntos de vista a los que se añade un tercero, el de la madre de esta última. "Creo que en Francia, y en todo Occidente, no sabemos ya cómo tratar a los adolescentes. La adolescencia es algo que me emociona, porque es la edad en la que los excesos y la fragilidad se dan la mano", dijo Mention-Schaar. Y aún más: "Tengo la sensación de que hay un foso entre adultos y adolescentes, de que existe una gran brecha generacional". Y, también, una convicción: "Como cineasta, tengo el deber de soñar para entender a los jóvenes".

La directora expresó su temor por la "espiral de barbarie" encadenada desde los atentados de París y el ametrallamiento en el interior de la sala "Bataclan". Después de "Le ciel attendra", una incursión en la parte más densa e invisible del iceberg de la captación de jóvenes para el yihadismo (la descripción es del programador principal del FICX, Jorge Iván Argiz), Mention-Schaar tiene varios proyectos: "Algo más ligero". Y sin adolescentes.