"Pablo Ardisana fue el poeta de la dignidad del campo, del labrador y de la naturaleza. Él supo verlo", señaló uno de sus allegados, el biólogo Luis Carrera, que junto a decenas de familiares y amigos asistió ayer en una abarrotada iglesia de San Miguel de H.ontoria, en Llanes, al funeral por la muerte del poeta, fallecido el lunes. "Me alegro de que haya muerto en primavera, porque ha sido una muerte entre las flores. Fue una persona entrañable y muy culta", añadió Carrera.

El sepelio congregó a amigos del escritor llanisco, como el investigador y exconsejero de Cultura del Principado Emilio Marcos; el director del Museu del Pueblu d'Asturies, Xuacu López; el exdirector de LA NUEVA ESPAÑA Melchor Fernández Díaz; el catedrático de Geografía Francisco Quirós Linares; profesores como Ramón Alvargonzález y Álvaro Ruiz de la Peña; el escritor Xuan Xosé Sánchez Vicente, el naturalista Guillermo Mañana; los libreros María Jesús Polledo y José Manuel Valdés; o la presidenta de la Asociación Asturiana de Antropología y Patrimonio Etnológico, Yolanda Cerra.

El párroco local, Domingo González, destacó aspectos de la personalidad de Ardisana: "le gustaban nada los oropeles; no era hombre de publicidad, ni de buscar las glorias detrás de las cámaras o en grandes barullos". Al contrario, la vida del poeta estuvo presidida, según el sacerdote, por la "discreción", el "silencio" y el "pensamiento".

El cura de H.ontoria leyó un emotivo escrito elaborado por una joven de Naves, Irene Vuelta, que por su estado emocional no pudo hacerlo. Destacó en la misiva las "grandes ganas de vivir" del poeta y los "planes" que tenía para el futuro. Su muerte dejará "un vacío inmenso" entre quienes le querían, pues era "una de esas personas especiales que aparecen pocas veces en la vida". Un hombre del que la joven destacó su "dignidad", su afán de "superación" y su "sentido del humor", y que supo compartir los "triunfos profesionales y personales" de quienes le rodeaban. El escrito concluyó con una sentida frase: "estarás toda la vida en nuestros corazones".

El profesor universitario Juan Carlos Villaverde, "Canco", uno de los mejores amigos de Pablo Ardisana, mostraba ayer su pena por la muerte del escritor. "Ha sido un golpe fuerte, muy duro. Pierdo a un amigo del alma, con el que compartí gran afinidad intelectual y con quien tuve unos lazos muy fuertes. El magisterio que ejerció sobre mí me ayudó a comprender muchas cosas de esta tierra", señaló Villaverde. El arabista rememoró los proyectos que compartió con Ardisana en la Transición, y también "los grandes desengaños" que aquella época dejó tras de sí. Más allá de la amistad, destacó que Pablo Ardisana fue una "rara avis", una persona "muy relevante" para Llanes, que enlaza con generaciones de muy atrás y cuya inteligencia y sensibilidad nos ayuda a proyectarnos hacia adelante".

El profesor Germán Ojeda señaló que con Pablo Ardisana se va "uno de los llaniscos más ilustres, por cultura, por ingenio, por simpatía. Gente como él falta siempre y su muerte supone una pérdida de capital humano grandísimo para Llanes y para Asturias", añadió el economista, que reclamó que los niños llaniscos aprendan en la escuela la poesía de Ardisana, porque les ayudará "a conocer la tierra en la que viven, a amarla y a protegerla. Era un tipo excepcional", añadió.

El exdelegado del Gobierno Obdulio Fernández destacó que su "gran amigo Pablo" le introdujo "en el mundo del oriente de Asturias" y le mostró "rincones muy íntimos, un riachuelo, un montículo, una aldea..." Añadió que el poeta era una persona "entrañable, un hombre de ideas firmes, con el que a veces discrepaba, pero siempre amigablemente". Desatacó que Pablo Ardisana era "muy asturiano, muy rural y una persona que se hacía querer y que me ayudó a conocer todo el Oriente y a entenderlo".

El exalcalde de Llanes y profesor Manuel Miguel Amieva, compañero de instituto de Ardisana, lo calificó de "gran defensor del paisaje y del mundo que conoció y no quería que desapareciese". Tenía "muchos amigos de verdad, porque cultivaba la amistad y desde su pequeño mundo del valle de San Jorge estaba informado de todo lo que ocurría", añadió.

También compañero de instituto y gran amigo del poeta fue el médico Víctor Manuel Frade, quien destacó que su muerte deja a sus amigos "huérfanos de su presencia, de su infinita sabiduría y de su amena conversación".. Añadió que sin Pablo Ardisana "todo será distinto", porque faltarán "sus opiniones, añoraremos sus anécdotas, esperaremos sus llamadas y habrá días que sentiremos la necesidad de ir a verle, pero visitaremos la tristeza". Frade leyó durante el funeral un poema que Pablo Ardisana dedicó a San Antolín de Beón.

El médico Ramón Sobrino calificó a su amigo Ardisana como un hombre "distinto a los demás, trabajador, bueno y amable". Su muerte supone "una gran pérdida para Llanes, para Asturias, para todos", añadió.

Desde Extremadura, la concejala de Cultura de Llanes, Marisa Elviro, envió un mensaje de pesar. "Pablo era y es un referente intelectual, no solo por su poesía, sino también por su conocimiento y su humildad", señaló la edil, quien destacó que el fallecido era "muy generoso" y que su desaparición supone "una pérdida enorme para el concejo".