El ovetense Ismael Valle, de 14 años, fue uno de los primeros visitantes que ayer por la tarde acudieron a la apertura de la exposición de LA NUEVA ESPAÑA "Santullano, viaje al siglo IX", que permanecerá abierta hasta el día 25 de junio en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), en la plaza Porlier de Oviedo. Valle se colocó las gafas de realidad virtual para sumergirse en la reconstrucción digital de los frescos de este templo, la principal atracción de la muestra. Cuando se las quitó, ponía cara de asombro. "Tenía la sensación de estar allí, en Santullano, hace doce siglos. Es una recreación muy realista. Había estado en la iglesia, pero ver las pinturas reconstruidas me impresionó".

Gema Fernández, cántabra de nacimiento pero vecina de Oviedo, acudió con su marido a esta exposición, donde además de recrear con tecnología digital el aspecto original del templo también se ofrece un recorrido multisensorial por las músicas, los sonidos, los aromas y las texturas de la época de Alfonso II. La inmersión a través de la realidad virtual en los frescos de Santullano les dejó impresionados y les suscitó una reflexión. "Es una buena manera de darnos cuenta de la importancia de este patrimonio que tenemos en Asturias. Los asturianos tienen que ponerlo en valor por su bien y por el de sus hijos". En un sentido parecido se expresaba otro visitante, José Vicente Bayarri, que por sus estudios de Historia del Arte sabía bien de lo que hablaba. "Estaría todo el día viéndolo a través de estas gafas. Es impresionante. Tenemos que cuidar el Prerrománico, tiene que haber más inversión en él. El Prerrománico atrae turismo y el turismo atrae dinero y trabajo".

Comisariada por la restauradora Natalia Díaz-Ordóñez, la exposición "Santullano, viaje al siglo IX" se celebra con motivo del 80.º aniversario de LA NUEVA ESPAÑA. La base de la muestra es la rigurosa reconstrucción digital de las pinturas de Santullano realizada por los infógrafos del periódico, Juan Ferreira y Santi Cuesta, y en torno a ese trabajo se ha desarrollado un recorrido multisensorial que redondea de manera muy entretenida la visita a la Alta Edad Media. En esta muestra, diseñada por Proasur, una compañía asturiana de gran prestigio en el ámbito museográfico, hay incluso un "photocall" en el que el visitante puede tomarse una divertida foto como si fuera el Alfonso II que aparece en el "Liber Testamentorum". La muestra está patrocinada por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, el Banco Sabadell, la Fundación EDP, la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias y Telecable.

Volando voy

"Estoy dentro de la iglesia, ¡parece que estoy volando!", exclamaba el niño Adrià Álvarez, de 8 años, mientras, admirado, veía la recreación de las pinturas de Santullano realizada por Juan Ferreira y Santi Cuesta. "Es una pasada", suscribía, a su lado, su madre, Marta Álvarez, enfundada también en unas gafas de realidad virtual. "Es una experiencia bonita, diferente. A Adrià le encanta el arte y trato de llevarlo a todas las actividades que puedo", explicaba la mujer, tras salir de ese rutilante Santullano digital.

Pero antes de llegar a ese punto culminante de la muestra, a esa ventana al pasado, los visitantes disfrutaban de otras experiencias sensoriales igualmente atractivas. Al inicio de la exposición, el singular "photocall" del "Liber Testamentorum". Acto seguido, unas trompetillas escenográficas traían a los visitantes los sonidos del pasado. "Cuando escuchas relinchar y galopar a los caballos, es como si estuvieras entre ellos", afirmaba Isabel Argüelles, asturiana residente en Mallorca, a la que la apertura de la muestra le pilló en la región durante un viaje.

El siguiente panel es el del olfato. "Noto una mezcla entre la hierba, el agua del arroyo, el olor corporal y la madera", apreciaba Mayte Burguet, profesora del colegio Santa Bárbara de Lugones, cuyos alumnos visitan esta semana la exposición. "Vengo de avanzadilla. Estamos en un proyecto de educación sin libros y este año, en cuarto de la ESO, nos centramos en el arte asturiano, así que esta exposición va a ser el colofón del curso", explica.

Completadas las experiencias del oído y el olfato, el visitante llega a un conjunto de cajas ciegas, en las que se ejercita el tacto. "¡Es la Cruz de los Ángeles! Noto la gema del medio", explicaba Ana Bello, al explorar las texturas de la Alta Edad Media.

Este progresivo viaje sensorial culmina en la sala central, en la que espera la reconstrucción digital de las pinturas de Santullano para ver con gafas o en una tablet.