El colegio público Quirinal de Avilés y el Instituto Jerónimo González de Sama de Langreo celebraron ayer el final de curso con una visita muy singular. La Reina Letizia acudió a ambos centros para asistir a sendos encuentros con los alumnos y profesores que participaron en el programa cultural "Toma la palabra", desarrollado por la Fundación Princesa de Asturias con el objetivo de estudiar los galardonados en alguna de las categorías de los premios que concede la citada institución.

La primera parada del recorrido real tuvo lugar a las once de la mañana en Avilés, donde la monarca asturiana, rodeada de 51 alumnos de cuarto y quinto de Primaria del colegio Quirinal, contempló los trabajos realizados por los jóvenes sobre la figura de Hugh Herr, premio de Investigación Científica y Técnica. "Ha sido muy emocionante. Que venga la Reina al colegio es especial, la veo en la tele y en las revistas, pero aquí me pareció diferente", comentaba Irene García Pérez tras el acto, que fue calificado por su compañera Carla Martínez de "muy divertido, aunque la imaginaba con vestido largo", añadió la niña. Por su parte, Helena Pérez, con el brazo escayolado como consecuencia de una caída que le provocó la rotura de la muñeca izquierda, y Daniel Lado destacaron la cercanía de la soberana. "Parece dulce, cariñosa y se relacionaba bien con los niños", comentó la primera.

Además del libro sobre el bautizado como "hombre biónico", que visitó Avilés en octubre, coincidiendo con la entrega de los premios "Princesa de Asturias", la Reina observó con detenimiento otro trabajo, igualmente elaborado por el mismo grupo de alumnos de 9 y 10 años. Titulado "Una Princesa educada en valores", está dirigido a la hija mayor de los Reyes y en la dedicatoria los estudiantes escribieron: "A la Princesa de Asturias, las niñas y niños del colegio público El Quirinal queremos decirle que nos educan en valores que compartimos con la futura reina". Las páginas siguientes recogen, tras un dibujo de la fachada del centro educativo, los valores que promueve el colegio a través de las diferentes actividades que organiza (creatividad, responsabilidad, igualdad, libertad, cooperación, esfuerzo, superación...), representados también con dibujos infantiles. "Nos dijo que le gustaba mucho el libro y que iba a dárselo a sus dos hijas, que no sólo era para Leonor", indicó Samuel Fernández, uno del medio centenar de autores de la publicación, que fue realizada durante los recreos, al igual que el centrado en Herr, manifestó Inmaculada Suárez, profesora responsable, junto a tres docentes más, de la biblioteca del colegio público.

Finalizada la charla con los niños, la Reina se trasladó al patio para encontrarse con otro grupo de alumnos, en este caso dos representantes y un profesor de diferentes colegios de la región, igualmente participantes en el programa "Toma la palabra". Doña Letizia entabló unas palabras con cada uno de ellos, firmó autógrafos y se fotografió con cuantos le pidieron una instantánea de recuerdo. También les preguntó sobre los trabajos que habían realizado, según señalaron las hermanas Isabel y Carmen Pallares, del colegio Dominicas de Oviedo, que llegaron a Avilés junto a la profesora María Díez de la Torre, coordinadora del programa de salud.

Una fotografía de todos los alumnos del Quirinal con la Reina en el centro puso fin a la visita real en la ciudad. Eran cerca de las doce del mediodía cuando Su Majestad cruzaba la verja de las instalaciones educativas para, antes de acceder al coche que la conduciría a Langreo, saludar a los vecinos que se agolparon en la calle, entre ellos, Raquel Murias, una mujer que le pidió ayuda para que una de sus nietas pueda conseguir una vivienda digna. "Tiene 30 años, se fue a vivir a Nava con un chico, tiene dos hijos y paga 50 euros por una vivienda indigna", explicó esta vecina de Avilés a doña Letizia. Tras escuchar pacientemente el relato de esta desasosegada abuela, le indicó que escribiera una carta a la Casa Real relatando su caso. Para ello le entregó una tarjeta con el nombre y la dirección del secretario real. "Así lo haremos y ojalá mi niña pueda tener una casa para sus hijos", añadió la mujer, natural de Luarca y vecina de Avilés.