Nicanor Parra, creador de "la antipoesía", falleció ayer los 103 años. El poeta, premio "Cervantes" en el año 2011, revolucionó la poesía hispanoamericana con un estilo transgresor que enganchó a las generaciones jóvenes. El poeta chileno debutó a finales de los años treinta con "Cancionero sin nombre". Eso sí, su siguiente obra no vio la luz hasta 17 años después. Y fue una obra clave "Poemas y antipoemas" (1954); es decir, el detonante de la 'antipoesía', la escritura irreverente, mundana y a la vez sencilla que caracterizó su obra.

Con este libro, Parra se rebela contra la poesía tradicional chilena, rígida y seria a su juicio, e introduce la ironía y el léxico simple para hablar de temas cotidianos. "Se trata de 'desbarrotizar' la poesía chilena", dijo el poeta en una entrevista, que recoge la agencia AFP. Nacido en una modesta familia de San Fabián de Alico (Chillán, sur de Chile), hermano entre otros ocho de la popular cantautora Violeta Parra (célebre por su versión de "Te recuerdo Amanda").

Parra era licenciado en Matemáticas y Física y estudió en Estados Unidos e Inglaterra.

Durante la Guerra Fría, pese a ser considerado de izquierdas, sorprendió cuando aceptó una invitación a tomar el té de la esposa de Richard Nixon. Su osadía le valió ser vetado en la Feria del Libro de La Habana y repudiado por los comunistas, alejándolo del "Nobel" Pablo Neruda.

Con los años, las diferencias se profundizaron con Neruda. En círculos intelectuales se comenta que incluso cuando el ganador del Nobel falleció, en 1973, a los pocos días del golpe de Estado que instaló la dictadura de Augusto Pinochet se le impidió que entrara al velorio.

Nicanor Parra mezcló literatura y obras visuales, con montajes de gran impacto, como "El pago de Chile" (2006), una representación en la que aparecían ahorcados todos los presidentes del país. Parra fue involuntario protagonista también de uno de los principales bochornos del presidente Sebastián Piñera, quien lo dio por muerto al inaugurar la feria del Libro de Santiago del año 2010. Pero hasta su fallecimiento, el poeta seguía activo, escribiendo a diario en su residencia en Las Cruces, informa AFP.