Un equipo del que forman parte el neurólogo asturiano Juan Fueyo y su esposa, Candelaria Gómez Manzano, ha demostrado que una terapia basada en un virus activa el sistema inmunitario de algunos enfermos de glioblastoma y aumenta entre tres y cinco años su supervivencia. El glioblastoma es el tumor cerebral más frecuente y mortal. El matrimonio español afincado en Houston (Texas, Estados Unidos) desarrolló en el año 2003 un virus modificado que ahora se emplea para el tratamiento de una enfermedad cuya evolución suele ser rápida y mortal.

"Estamos entusiasmados", declaró en la tarde de ayer Juan Fueyo a LA NUEVA ESPAÑA desde Houston. A su juicio, el trabajo publicado en el último número de "Journal of Clinical Oncology", revista oficial de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, "evidencia que, antes o después, vamos a ser capaces de curar los tumores cerebrales con tratamientos de inmunoterapia que no serán tóxicos".

El científico ovetense hace hincapié en que el nuevo hallazgo "es muy importante", dado que el mecanismo de curación que han descubierto es, en realidad, "una autocuración", una reacción de las defensas del propio paciente que no requiere de ningún tratamiento y que, por consiguiente, "no tiene ningún efecto adverso: ni náuseas, ni caída del pelo...". Es un proceso "en el que el paciente está curándose a sí mismo gracias a que el virus ha activado su sistema inmunitario", destaca Juan Fueyo.

El investigador asturiano es un neurólogo especializado en oncología, o sea, un neurooncólogo que lleva muchos año trabajando en el tratamiento virucida de tumores cerebrales (virus que matan las células cancerosas). La llamada de ayer de este periódico le sorprendió celebrando con once profesores chinos la llegada del Año Nuevo chino con una comida en un restaurante del prestigioso Centro de Cáncer MD Anderson, donde trabaja con su mujer. Juntos publicaron en 2003 su trabajo sobre el virus "Delta 24 RGB", que convenientemente modificado era capaz de destruir las células cancerígenas del cerebro en ratas, sin afectar a las células buenas. "Ya veremos qué pasa cuando el tratamiento se administre a humanos", declararon entonces a este periódico.

Y lo que ha pasado es "espectacular", dice ahora Juan Fueyo: "La sorpresa consiste en descubrir que el virus genera una respuesta inmune del propio paciente que, primero, se dirige contra el propio virus, pero que en un 20 por ciento de los casos destruye el virus y a continuación sigue adelante y empieza a destruir el tumor".

De este modo, el cáncer desaparece durante un tiempo, y reaparece al cabo de tres años en unos pacientes, y de cinco años en otros. "Lo que iba a ser una supervivencia de seis meses se convierte en tres o cinco años", enfatiza Juan Fueyo. Esto sucede en uno de cada cinco pacientes, para quienes supone "cinco años más con una calidad de vida excelente". Todo ello representa "un avance enorme con relación al tratamiento habitual, que es eficaz, pero muy tóxico".

El nombre científico del virus ha pasado a ser DNX-2401, y sus derechos clínicos han sido comprados por una compañía biotecnológica -DNATrix- creada por el propio Juan Fueyo, su mujer y otros científicos para realizar los ensayos en humanos.

Juan Fueyo Margareto, nacido en el barrio ovetense de Vallobín, siempre hace gala de su asturianía y de un notable afán de divulgar la ciencia. El año pasado publicó una novela sobre la vida de Severo Ochoa: "Exilios y odiseas. La historia secreta de Severo Ochoa".

Ayer mismo publicaba en él suplemento "Salud" de LA NUEVA ESPAÑA un artículo en el que relataba, de forma amena e inteligente, el análisis del ADN de su esposa. Dos meses atrás había publicado otro sobre su ADN, a partir de un examen genético que en Estados Unidos cuesta sólo 80 dólares.