Franco Fontana (Módena, Italia, 1933) lleva más de medio siglo ganándose la vida como fotógrafo: de arte, de prensa... "Franco Fontana, Fotografía" es la síntesis de todo ese trabajo. Otro fotógrafo, José Ferrero, es el comisario de esta muestra que inaugura este viernes en el foyer del auditorio del Niemeyer, en Avilés.

Ferrero se ha encargado de seleccionar sesenta imágenes de entre 1967 y 2017. Hay paisajes, paisanajes, también asfalto y adoquines. En resumidas cuentas: mucha geometría y, además, a todo color. Fontana combina su objetivo con los colores más trabajados con el fin de producir fotos como si fueran pinturas. El abanico tan amplio por el que ha optado Ferrero tiene una explicación: dejar patente la evolución de un artista que lo mismo fotografía para el "Vogue" que coloca su trabajo en paredes de alto valor añadido.

Según los críticos, Fontana contribuyó a recocinar el color de los paisajes que fijaba tras el objetivo de su máquina. Sus paisajes están a medio camino del realismo y la abstracción.

"La creatividad en fotografía", asegura Fontana, "no debe reproducir sino interpretar: debe hacer visible lo invisible". Con esta premisa en mente, Fontana pretende despertar en el espectador emociones y sentimientos que desconoce. Lo importante del de Módena es que el color dé vida al objeto que tiene delante.

La exposición "Franco Fontana. Fotografía" se podrá visitar hasta el domingo 17 de junio. Abre de miércoles a domingo entre las 11.00 y 14.00 y las 16.00 y 19.00. El coste de la entrada es de 3 euros (2,5 euros entrada reducida) y se pueden adquirir en la taquilla del Centro Niemeyer.