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Esa resistente liquidez

La bailarina de burlesque Natalia Caramelo se desnuda sentimentalmente ante el objetivo de Muel de Dios

Esa resistente liquidez

Si esto que voy a escribir dentro de, exactamente, cuatro líneas no sonase a esos lemas aborrecibles y manidos que algunos adolescentes escriben -escribíamos- en las carpetas de instituto, habría que empezar admitiendo que la verdadera belleza vive en el interior.

Se imaginarán, por la tromba de curva, tacón y pluma que está cayendo en la imagen, que la sesión fotográfica de Muel con Natalia Caramelo prometía una exaltación de la carne como pocas se han visto en esa sección donde, todo hay que decirlo, los cuerpos suelen salir a relucir. Pero resultó que empezamos a meternos en honduras y acabamos hablando de cómo la vida, de repente, hace un trompo y hace de la noche oscura un día abierto. Así supimos que hace tres años Natalia, que hoy tiene 27, estaba mirando al cáncer cara a cara, como antes había hecho su madre. Era una sombra sobre la sombra de una infancia dura en la que su madre, Elena, y sus dos hermanas probaron en carne propia a qué sabe la violencia machista. Estudiaba Natalia Magisterio en Llamaquique y, para pagarse la carrera, ponía copas en un bar de Gijón. Una casualidad, la baja de una gogó, la hizo subirse al escenario y así empezó un despegue profesional que la sacó de aquel pozo. "Mi madre fue muy fuerte, luchó mucho por nosotras, y eso se te pega". Es fuerte pero si sigue hablando, si seguimos con este desnudo integral, la lágrima que le baila en el ojo izquierdo va a caer y arruinar el esplendoroso maquillaje. Su belleza era eso: esa resistente liquidez.

Así que la vida ahora es "ahora o nunca" y Natalia dice que le reprocha que vuela mucho. "Es verdad, tengo ideas muy grandes en la cabeza. Pero si no las tienes, no consigues nada. No quiero volver a ser infeliz trabajando en algo que no me apasiona". Así que la gente diga misa. Y si dicen que lo suyo cosifica a la mujer, responde que no la hay más feminista que ella, que "lo que representa y fomenta el burlesque es la autoconfianza, la rotura de las reglas de la belleza de los cuerpos occidentales establecidas por la industria de la moda".

BIO

Natalia Caramelo Iglesias, gijonesa de 27 años, fue "Miss Playboy" de agosto en España. Es modelo internacional de fotografía y bailarina profesional de burlesque, género de variedades nacido nada menos que en 1893 y vinculado al mundo del cabaret. El baile es su profesión y su gran afición es la fotografía. Sobre esta disciplina artística, y acerca de todo el mundo de la creación, habla en el programa "El ojo que todo lo ve", de la radio madrileña Reviradio, con la que colabora habitualmente. Estudió en la Facultad de Magisterio en Oviedo e hizo las prácticas en el colegio público Laviada. Algunos de sus alumnos de entonces, hoy mayores de edad, siguen sus fotos en Instagram y, claro, alucinan.

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