El equipo que excava en la sierra burgalesa de Atapuerca, premio "Príncipe de Asturias" de Investigación Científica y Técnica en 1997, realizará en esta campaña de verano, ya en marcha, una cata en la denominada "Cueva Fantasma". Una zona del complejo aún por estudiar y en la que aspiran a encontrar, en tres o cuatro años, rastros de la presencia de homínidos de hace millón y medio de años.

Así lo reveló ayer uno de los codirectores de las excavaciones, Eudald Carbonell, quien incidió en que ese enclave de Atapuerta tiene sedimentos muy antiguos, toda vez que era una cueva que estaba más elevada que otras zonas del complejo y parece ser que no se llegó a inundar, como si sucedió con el resto.

Aunque Carbonell matiza que hasta que no se excave la cueva no se podrá constatar la presencia de esos rastros, cree firmemente que se podrán localizar, toda vez que se han hallado restos de esa antigüedad en D'manisi (Georgia). "No hay razón para que no los haya también en esta parte de Europa, porque los movimientos de los homínidos eran relativamente rápidos", sostiene.

Durante la campaña de este verano, pasarán por los yacimientos de Atapuerca más de 270 investigadores. Un volumen de profesionales que se prevé que se incremente en los próximos tres años, lo que a su vez supondrá un cambio en la estructura de coordinación ya para el próximo año, cuando se pasará de los tres directores actuales -el propio Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga- a seis.

Entre los objetivos que se marca el equipo de investigación de Atapuerca para los próximos años, destaca la búsqueda de restos fósiles de Homo sapiens antiguo de hace entre 20.000 y 30.000 años, "aunque seguramente tardará años y los actuales codirectores es probable que no lleguemos a verlo", afirma Carbonell. A su juicio, los enclaves en los que es más posible encontrar esos restos son los yacimientos de la "Cueva del Mirador" y el de "Portalón".