Millones de fotos inundan diariamente las redes sociales. Es la apoteosis de una iconografía efímera e innecesaria que emborrona las retinas. Lo dijo ayer el presidente de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Asturianos, Fernando Robles, al alertar del "peligro de la banalidad" y de la "profusión de imágenes planas". Y al apostar, con subrayado explícito, por la "visión diferenciada" que suele ser bandera del mejor periodismo, o sea, el blasonado por la independencia y el rigor.

Un elogio pues de las imágenes imprescindibles, las que cuentan con precisión y sin grasas visuales lo que pasa a la gente y lo que ocurre en el mundo. La inauguración ayer de la décimo cuarta muestra de "Miraes", exposición de los fotoperiodistas asturianos que recupera su formato habitual, fue una reivindicación del oficio y sirvió además de adhesión al contundente manifiesto nacional que han firmado un millar de profesionales. "Calidad o nada", repitió Robles.

Una exposición que cuelga en la segunda planta del Museo Barjola, en Gijón. Noventa imágenes de treinta y nueve fotoperiodistas, incluidos los de LA NUEVA ESPAÑA, que pueden verse como una extraordinaria antología del año gráfico. Y no sólo de Asturias, como pone de manifiesto el trabajo internacional de Manu Brabo, premio "Pulitzer. Es muy recomendable el catálogo de la muestra. Asistieron el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, y la concejala gijonesa Montserrat López.

La inauguración de "Miraes" permite reflexionar sobre un oficio exigente y no siempre recompensado. Debate y reconocimiento. Ayer se entregaron los premios que recuerdan a dos grandes fotoperiodistas prematuramente fallecidos: Ramón González y Joaquín Bilbao. El primero de los premios fue para Eloy Alonso por una foto tomada en el "Tostaderu" de la playa de San Lorenzo. Y el segundo, para Manu Brabo por una imagen de un almacén en la estación central de Belgrado.

Habló Eloy Alonso, quien explicó que Manu Brabo anda por El Cairo: "Siempre se busca alguna guerra para no pagar las cervezas". Hizo una emocionada y ancha dedicatoria. ¿Y el fotoperiodismo? "La mejor profesión del mundo".