La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JAVIER F. GRANDA | Activista cultural

"Me traumatizó la muerte de mi madre, no puedo volver a casa ni releer el libro que escribí de ella"

"Publicamos libros porque nos encontramos una serie de creadores; lo hacemos de una manera colaborativa y altruista"

Javier F. Granda, en un banco de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Javier Fernández Granda (Salas, 1971) trabaja en la Administración local desde 1997, pero...

-No me gusta el mundo de los chupatintas. Mi cabeza está del lado de actividades más creativas e intelectuales que requieran ejercitarla.

Lleva dos años de actividad editorial y artística incesante, voluntariamente minoritaria, exclusivamente colaborativa, con su socio Amadeo Fernández Durán y el apoyo de bares del Oviedo antiguo. Lan, Carlos Álvarez Cabrero, Mario Cervero, Cuco Suárez, Luz Sol, Klara Konkoloi-Teghe, José Paredes y Lauren García están en el medio centenar de colaboradores con mucho interés creativo y poco económico.

-El mercado no cumple nuestras demandas y soy "prosumer", consumidor y productor. En El Olivar se reúnen creadores, una bohemia que ya no es lo que era, pero donde uno es actor; otro, músico; aquél escribe y ése es videocreador.

- El sistema colaborativo...

-...Es fruto de la necesidad. Lo generamos porque nos reunimos las personas para hacerlo. Amadeo Fernández Durán ya hacía esto. Aprendí de todas las fuentes.

- ¿La fórmula?

-Es altruista. Si quieres rentabilizarlo, vas de culo. Antes de Ediciones/alternativas publiqué cinco libros: estudios, ensayo, historia y una guía del municipio de Salas. Si tuviera que vivir de mis libros habría muerto por inanición.

Trabaja en Salas y vive en Oviedo, después de Grado y Gijón, a veces por trabajo, a veces por sus relaciones personales.

-Estoy en Oviedo porque me gusta y porque, desde el fallecimiento de mi madre, quería alejarme de Salas.

En esta etapa se siente lleno de energía y optimismo. No siempre fue así. Sus primeros estudios, Delineación, le llevaron a trabajar a una ingeniería en Gijón, todo ello sin demasiado interés.

-Cuando empecé a tener más claro qué quería hacer, con 24 años, inicié Historia en la UNED y cambió bastante mi vida. Arranco este año el doctorado en Historia, sobre la emigración asturiana a Cuba a través de la prensa y las revistas ilustradas, a partir de su independencia. Quiero ver la mentalidad del asturiano.

- ¿Qué pasó en 2014 para que haya iniciado otra etapa?

-No sé, tenía 33 años y había acumulado lecturas y viajes a Marruecos, Cuba, México, República Dominicana. Tuve tal llamada de Tánger que partí las vacaciones para ir cada poco. Me interesé mucho por el escritor Mohamed Chukri y por el Marruecos español. En esa época me orienté a querer investigar, activado por el máster sobre Historia y Análisis Sociocultural que hice en la Universidad de Oviedo.

- ¿A qué se dedicaban sus padres?

-Eran autónomos. Se llamaban María Josefa y Javier. De mi familia no me apetece hablar porque me produce resquemor.

- ¿Y eso?

-La muerte de mi madre el 9 de marzo de 2017 me traumatizó muchísimo; no puedo volver a casa. Intento salir adelante. Durante un tiempo me decían que tendría que acostumbrarme, pero era incapaz de entender nada.

- ¿Por qué tanto?

-Tuvo un tormento terrible de muerte. Lo escribí en "Pronunciar la herida", un libro que no puedo volver a leer. Ahora tengo pendiente editar un libro sobre la muerte hecho por varios autores para ver cómo la perciben otros.

- Le afecta mucho...

-Con 22 años perdí un hermano que tenía 20 en un accidente de coche y llevo huyendo de ese tipo de dolor toda mi vida. Cuando empiezas a estar bien, pasan cosas y te da un golpazo. Me doy cuenta de que mis hermanos, cada uno a su vida y en pareja, lo llevan de otra manera. Tengo dos tíos en Gijón y primos y quiero a la familia, pero te das cuenta de que estás más solo...

- Todos estamos solos...

-Sí, aunque estemos acompañados pero esto me hace pensar mucho: tengo 46 años y sé cuánto puede ser el horizonte. Me da hasta yuyu pensar que puedo quedar frito solo en casa sin nadie que me dé los primeros auxilios. No es hipocondría.

- Ha ido perdiendo familia, pero no logra formar otra.

-Soy soltero. Nunca me interesó establecerme como casado. Han sido las circunstancias, pero soy un soltero. Tengo tres hermanos felizmente casados y con niños, pero yo no soy capaz de eso.

- ¿No es capaz o huye de ello?

-No tengo ni idea... Sí tengo claro que no quiero un niño para verlo sufrir. Sería incapaz. Eso me lo provocó la muerte de mi hermano Antonio... me desinteresó por completo de alumbrar una vida para que, en un golpe de mala suerte, se pierda de manera terrible. Vi cómo sufrían mis padres y algo quedó ahí... no quiero volver a pasar por cosas así.

- ¿Lo ha consultado?

-No, nunca estuve de baja ni por una gripe, ni necesité hablarlo con un especialista. Tengo mucha resistencia.

- ¿Cuándo empezó a escribir?

-De adolescente. Era muy crítico con lo qué hacía, no me gustaba, no me parecía auténtico. Era de letras, leía y me gustaba escribir poemas e ideas y mi compañero de pupitre decía: "Tira esa mierda", y el otro: "Paso de tu filosofía". Los críos somos cabrones pero esos golpes me hicieron más práctico, aunque no mucho.

- Pero publicó.

-A los veintipico años un par de poemarios de 2006 y 2007 "Flashback 1" y "Suite 2043".

- Le sirve para explicarse.

-Ahora, sí. Escribir es una necesidad de comunicar lo que quiero. El libro sobre la muerte de mi madre son anotaciones de una escritura con necesidad de expresar. Lo hice para mí y para mi madre, para fijar el recuerdo. Es escritura de la necesidad de vencer el tiempo y lo que estaba ocurriendo.

- ¿Hay escritores en la familia?

-No. Yo tampoco me considero escritor. Me siento bien investigando en mi ámbito de conocimiento. Lo que escribo cualquiera lo puede escribir. No estoy normalizado por nada. No sé si tiene interés o no, pero me da igual. Escribir es libre. A lo mejor estoy haciendo el tonto sin querer, pero a estas alturas no tengo complejos. Hay mundos literarios que no me gustan nada.

- Está en contacto con ellos.

-El profesionalizado ni lo conozco ni lo quiero conocer. Cuando algo no me gusta, lo evito. La lucha de intereses y egos rompe bastante la libertad de expresarte y generar cosas que puedan tener interés aunque sea mucho más adelante. La literatura me gusta como fuente histórica. Pío Baroja trata de explicar de forma fidedigna su sociedad.

Compartir el artículo

stats