"Lo que creo que diferencia el arte oriental del occidental es que el primero es más emocional. En Occidente las obras remiten más al plano físico, a conceptos más concretos", explica el joven Meng Xiangke, escultor chino doctorado en Bellas Artes por la Universidad de Tsinghua y perteneciente a la 75.ª generación de descendientes de Confucio, el pensador que fundó una de las corriente filosóficas más influyentes de la historia. Xiangke acudió ayer a una visita guiada al Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, junto con otros cuatro compañeros artistas, en el marco de las actividades organizadas por la Asociación Pro Centro de Cultura y Arte China-Occidente (CCACO).

"Somos muchos los que pertenecemos a la familia de Confucio. Yo trato de aplicar a mi vida cotidiana los principios morales de mi antepasado", dice Meng Xiangke, en cuya obra reflexiona sobre la relación del hombre con la naturaleza y cómo ésta cambia con el paso del tiempo y se adapta a las nuevas formas de vida. Para tratar este tema, Xiangke crea piezas abiertas al público que "iluminan el espacio natural". Según las ideas en las que centra su desarrollo creativo, esta forma artística es susceptible de generar "lazos más estrechos con la naturaleza".

Según la deriva conceptual del descendiente de Confucio, su método de producción artística le permite elevar la estética urbana "de la precipitada sociedad actual", e imprimir "poesía y esperanza frente a la vertiginosa actividad y el consiguiente agotamiento de la civilización contemporánea". "Como artista me gusta trabajar en mi obra con mucha libertad e imaginación, por eso a la hora de crear aplico una combinación de la filosofía de Confucio y el taoísmo", explica Meng Xiangke.

Tanto Xu Zhenlong, el escultor invitado especial de la comitiva que ayer visitó Oviedo, como Meng Xiangke comparten en el trasfondo de sus obras su interés por la naturaleza y la relación que el ser humano establece con la misma.

Para Zhenlong, profesor y supervisor doctoral de la Facultad de Bellas Artes de Tsinghua y actual investigador de la Cátedra Extraordinaria de Arte de Asia Oriental de la Complutense, su visita a Asturias ha supuesto "una oportunidad para aprender de esta tierra". Zhenlong se quedó fascinado por el Apostolado de El Greco en el Bellas Artes. Y no sólo por los cuadros: "La propia rehabilitación de este museo ya es una obra de arte en sí misma", afirmó.