Vestidas de campesinas, con pantalones y botas, las protagonistas de la ópera "Fuenteovejuna" aprovechan un receso en los ensayos de la obra para hablar de feminismo en una tertulia con LA NUEVA ESPAÑA. El ritmo de trabajo en el teatro Campoamor de Oviedo estos días es frenético; casi comparable a las agitadas vidas de las mujeres de hoy en día.

Las intérpretes de la ópera basada en el texto de Lope de Vega trabajan, atienden su casa y, en medio de todo, tratan de educar a sus hijos en igualdad. "Tenemos que ser supermujeres para llegar a todo", critican. Tras veinte minutos de conversación un altavoz las reclama para volver al ensayo. Acuden veloces y tras de sí, dejan una radiografía del papel de la mujer en la sociedad actual.

Sobre las tablas, Mariola Cantarero y María Miró dan vida a "Laurecia", el personaje femenino de "Fuenteovejuna" que, tras ser violada, se rebela contra el opresor y arrastra con ella a todo un pueblo. La obra, que se estrena el próximo 9 de septiembre, tiene 400 años, pero sus temas siguen vigentes. El acoso sexual y el abuso a las mujeres salen a relucir en la conversación. "Está pasando. En cada fiesta sale algún caso de acoso sexual", apunta Cantarero. "Quizá las redes sociales nos hagan llegar más casos", apostilla Cristina Toledo, que da vida a "Pascuala" en la función.

En sus mente afloran ejemplos recientes como lo ocurrido con "la Manada", cuyos miembros fueros condenados a nueve años de prisión por abusar de una joven en grupo en los Sanfermines de 2016. Utilizan palabras como "incredulidad" e "indignación" para hablar del tema y sentencian con un "si eso no es violación, ya no sé lo que es". Al final, lo importante de estos ejemplos es "verbalizar la situación, hablar de ello y que se conozca". Así lo apunta Marina Pardo -"Jacinta" en la obra-.

Pardo tiene el pelo rosa y en su forma de hablar ya se intuye que es una mujer con carácter. Cree en el feminismo entendido como un concepto de igualdad y le molesta el término "feminazi". Acudió a la manifestación por el día de la Mujer que se celebró el pasado 8 de marzo en Oviedo. Estaba en la ciudad por trabajo y le resultó emocionante "ver a mujeres mayores con sus maridos, pero, sobre todo a mucha gente joven".

El futuro está en la juventud, por eso las cuatro actrices de "Fuenteovejuna" coinciden en apuntar a la educación como la única vía para lograr la igualdad. "Mi hijo tiene dos años y ya pone la mesa", dice Cantarero. Su compañera replica: "Será porque también ve que lo hace su padre". En los pequeños gestos en casa está la clave, pero la maternidad es algo complicado para mujeres trabajadoras como ellas.

"Hay que coger el tren porque dicen que, si lo dejas pasar, se pierde. Por eso me quedé embarazara tarde, con 38 años", explica Cantarero. La voz se le entrecorta al pensar en su hijo: "Lo paso fatal separada de él, pero estoy aquí por trabajo". Son conscientes de que su profesión les obliga a estar fuera largas temporadas y, a veces, a retrasar la edad para ser madres. Entienden la congelación de óvulos como un método lícito para hacerlo. Miró, además de soprano es médica, y cree que para "las que nos gusta dedicarnos a nuestro trabajo, es una buena opción".

A la pregunta sobre si han sufrido alguna vez acoso en el trabajo responden, casi al unísono, con un "nunca". En el trabajo no, pero "en el metro o en los bares algunos sí se creen con derecho a tocar", dice Toledo. Es la más joven del grupo y, hablando de bares, condena firmemente el reguetón. "Es una vergüenza, cosifica a la mujer y la pone como un objeto sexual", sentencia.

Mujeres directoras

En su trabajo como intérpretes en la ópera aseguran cobrar lo mismo que los hombres y no sentirse infravaloradas, pero sí aprecian que hay pocas mujeres directoras de escena o de orquesta. Encuentran ahí una parcela en la que trabajar en el futuro. Para ganar la batalla tienen claro que deben luchar junto a los hombres. "Los queremos siempre de nuestro lado; somos complementarios". Las reclaman por el altavoz. Antes de irse recomiendan la serie "La otra mirada" como ejemplo de lo que tratan de transmitir con su discurso. Es hora de volver a la ficción. Lástima que, a veces, la realidad sea capaz de superarla.