"Es un proyecto quijotesco que pensábamos que no seríamos capaces de sacar adelante, pero lo hemos logrado". Así describe el productor de cine Juan Gona el cofre cultural "Viaje a la Ribera (asturiana)", un proyecto impulsado desde el Ayuntamiento de Ribera de Arriba que reúne las impresiones del concejo de diversos autores, locales y foráneos, complementadas con cine música y fotografías. Un proyecto que se presenta esta tarde, a las 19.00 horas, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

"Viaje a la Ribera (asturiana)" es el fruto de una serie de excursiones en el concejo en las que participaron diversos intelectuales y artistas, y que concluyeron hace ya año y medio. "Durante aquellas jornadas hablamos de hacer un libro con relatos sobre el concejo, con las impresiones de cada uno. Pero nos parecía entonces que no seríamos capaces de sacarlo adelante. Era un proyecto quijotesco, algo en lo que coincidíamos pensando también que todo había empezado coincidiendo con el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote", relata Gona.

Pero la nómina de autores era demasiado potente para dejarla pasar. Manuel Vicent, Ángel Harguindey, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón y el fotógrafo Jordi Socías, además del propio Gona, estaban implicados en el proyecto, y otros autores asturianos se sumaron a la iniciativa para hacer un libro singular, que conectase las miradas desde fuera y desde dentro a este concejo singular: Manuel García Rubio, Fulgencio Argüelles y el periodista José Manuel Vaquero, consejero de Prensa Ibérica Media, grupo al que pertenece LA NUEVA ESPAÑA.

"Es un proyecto singular, que nos ha hecho reflexionar sobre un concejo, el de Ribera, que es peculiar: es un concejo de tránsito, de unión, cerca del concejo por excelencia y del que, tras esta reflexión, hemos descubierto que sabemos muchas cosas de las riberas, aunque no las asociábamos tanto al concejo de Ribera", sostiene Fulgencio Argüelles, en relación a ese libro de viajes.

"El Ayuntamiento quiso hacer algo más, un cofre de la cultura, por lo que además del libro de viajes, con relatos preciosos de todos los autores, incluyeron las fotografías de Jordi Socías, un disco de Pipo Prendes y una tarjeta con un pendrive que trae la película 'Don Quijote de la Mancha', de la que cedí los derechos", añade Gona. El asturiano fue el productor del filme, dirigido por Gutiérrez Aragón y centrado asimismo en esa segunda parte del Quijote. "Por la coincidencia con las fechas y por la participación de Manolo (Gutiérrez Aragón), desde un primer momento dijimos que, si este proyecto quijotesco salía adelante, incluiríamos la película", revela Gona.

La presencia del caballero de la triste figura da una singular cohesión a todo el conjunto. "Es que el Quijote nunca lo olvidas, te encuentras con él cada poco. En España, es ya alguien de la familia: todo el mundo conoce al personaje, haya leído la novela o no", reflexiona Gutiérrez Aragón, que dirigió para televisión una mítica serie sobre la primera parte del texto cervantino, con Fernando Rey y Alfredo Landa interpretando respectivamente a Don Quijote y Sancho Panza, y que posteriormente adaptó la segunda parte en una película, protagonizada por Juan Luis Galiardo y Carlos Iglesias. Es este segundo filme el que se incluye en el cofre de la cultura de Ribera.

Novela

Este viaje a la Ribera ha permitido además a Manuel Gutiérrez Aragón reunirse con los lectores asturianos para presentar su novela más reciente, "El ojo del cielo". La cita fue ayer en la Biblioteca La Granja del Campo San Francisco, y en el acto el cineasta y escritor estuvo flanqueado por Fulgencio Argüelles y Xuan Bello.

"Es un libro sobre cuatro mujeres, una madre un tanto despótica y tres hijas, que viven en lo que llaman 'la cabaña del fin del mundo', en el Valle del Pas: un extremo de todo, psicológico, familiar, económico", explicó Gutiérrez Aragón.

"Es una novela fluente, que fluye", reflexiona Xuan Bello sobre el volumen, del que celebra ese "acento" tan de su tierra, no en el lenguaje pero sí en la atmósfera y los personajes, que es capaz de imprimirle el autor. "Me interesa mucho el artista que construye su obra sobre los pilares de su memoria y de su tierra. Creo que el pensamiento es aéreo, pero los pies de las personas tienen raíces. Y entre esa contradicción se hizo posible cualquier artefacto de sentido que podamos considerar arte", concluye Bello.