La primera visita de Pablo Casado a Asturias era esperada como agua de mayo para aclarar las dudas y despejar las incertidumbres sobre los candidatos del PP a las elecciones autonómicas y municipales, que no son pocas y, para más inri, de gran importancia. Acaso por ello, en los salones del Reconquista se percibía el interés por estrechar la mano y saludar al nuevo presidente de los populares, cortejo lógico por las incógnitas que se abren en los partidos cuando hay renovación de liderazgo.
Casado fue muy escueto cuando se le preguntó por las listas. Vino a decir que ahora no toca. "Después de las elecciones andaluzas y antes de la convención nacional tendremos ya todas las designaciones", precisó el presidente nacional de los populares.
El calendario fijado por Susana Díaz para las elecciones andaluzas ha acabado por alterar los planes que tenía el PP, que pasaban por despejar las incógnitas sobre los cabeza de lista entre finales de octubre y noviembre para tener su gran rampa de lanzamiento en una convención nacional a celebrar en el primer fin de semana de diciembre. La cita andaluza con las urnas del 2-D en Andalucía ha acabado por retrasar los planes populares, que ahora tendrán esa convención a mediados de enero. Más tiempo por lo tanto para los movimientos de "fontanería", habituales cuando se habla de listas y candidatos. Como los que ayer se pudieron ver en las alfombras del Reconquista y del Campoamor. La presidenta regional de los populares fue de las primeras en saludar a Casado a su llegada al zaguán del hotel, con el senador Mario Arias a la expectativa, cerca muy cerca. Y saludo afectuoso de Casado al ovetense Pablo Pichel, antaño compañero de fatigas en Nuevas Generaciones. Mercedes Fernández aprovechó para presentar a Casado a José Cuervas-Mons, el coordinador regional. Más tarde pasó por el Reconquista Agustín Iglesias Caunedo. El remedo, en clave popular, de "¿Y lo mío pa cuando? estaba en marcha. La siguiente entrega tendría lugar antes de la salida para el Campoamor, todavía en el vestíbulo del hotel, donde estuvieron cerca de Casado el senador Arias y el concejal Caunedo además de la expresidenta de Hunosa, Teresa Mallada, que acompañaba a la presidenta del Congreso, Ana Pastor.
El tercer hito se produjo ya en el patio de butacas del Campoamor, donde Casado fue derecho a saludar al edil ovetense Gerardo Antuña, pasando delante de Mercedes Fernández, que aprovechó para captar la atención y saludo del presidente popular en el retorno de este a su localidad, separada sólo por el pasillo, de la de Albert Rivera. A la salida, más charla entre Mercedes Fernández y Pablo Casado. Todo muy cordial.
