La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Devoralibros

El hombre que conoció el infierno

Fernando Cuesta construye con "La casa del sol naciente" una ambiciosa novela de iniciación cargada de aventuras

25,00 euros

Conocemos al anciano gijonés Pablo Ordieres en los años 20. Su memoria se desliza hacia el pasado. Hijo de un combatiente carlista con el que se exilió en París y Londres, cruzó el Atlántico llegando al sur de los Estados Unidos cuando ya empiezan a formarse los nubarrones de la Guerra de Secesión. Unido al ejército rebelde, sus experiencias sirven a Fernando Cuesta para construir "una novela de iniciación, juventud y aventuras, y también un paseo por el amor, la guerra y la muerte".

La novela, apunta Cuesta, "inconscientemente, empieza a generarse en mi mente desde cuando tenía 5 ó 6 años, a principios de la década de los 60 del pasado siglo, cuando veo por primera vez en el desaparecido cine Robledo de Gijón 'Misión de audaces', de John Ford. Aquel conflicto aparentemente tan lejano, y su épica y todo lo que le rodeaba, dejaron una profunda huella en el niño que yo era entonces, y me marcaron para siempre. Después vendrían muchas más películas, tebeos y novelas, aumentó mi fascinación por aquel tiempo y aquel lugar, y la idea acabó germinando y dando su fruto".

El libro "tiene un trasfondo histórico evidente, para el cual tuve que documentarme a conciencia, mayormente con obras en inglés, pues la bibliografía existente en castellano en el momento de escribirla (primeros años del actual siglo), era muy escasa y aun hoy sigue siéndolo. Afortunadamente ya existía Internet y era posible conseguir libros en Estados Unidos e Inglaterra con bastante facilidad y a un precio asequible. Y, por supuesto, el cine ha sido para mí otra gran fuente de inspiración, pues el libro está trufado de homenajes a unas cuantas películas que de una forma u otra abordaron el conflicto o sus raíces". ¿Pasamos revista? Desde "El nacimiento de una nación", "Prisionero del odio" o la eterna "Lo que el viento se llevó", hasta "Tiempos de gloria", "Andersonville", "Cold Mountain" o "Lincoln", pasando por "Camino de Santa Fé", "La esclava libre", "El árbol de la vida", "Álvarez Kelly" o "El seductor", y, naturalmente, la citada "Misión de audaces".

Se ha enfrentado a los problemas "inherentes a la creación de cualquier obra literaria, añadiéndole un laborioso trabajo de documentación, y las dosis de moral, disciplina y perseverancia necesarias para embarcarse en una aventura como esta en plan 'free lance', sin tener la menor seguridad de que un día pudiera llegar a ser publicada y ver la luz, máxime tratándose entonces de un autor novel". Dos años largos le llevó construir una obra de admirable ambición, "aunque el acopio de influencias y documentación se inició muchísimo antes". ¿Modelos? "No necesariamente a nivel consciente, aunque siempre me han gustado y atraído tanto el género de aventuras como la Historia. Mis influencias literarias son básicamente autores británicos como Graham Greene, Evelyn Waugh o Tom Sharpe, y en España Juan Marsé y Eduardo Mendoza. No sé si se podrá rastrear algo de ellos en el libro..."

Encontrar la voz narrativa que exigía la historia y decidir qué estilo encajaba mejor con sus características fue relativamente sencillo. Y es que se la planteó "como un enorme 'flash-back' narrado en primera persona. Y en cuanto al estilo y el lenguaje, traté de reproducir la forma de hablar y de pensar de la gente de hace 150 años, y espero haber logrado ciertos visos de verosimilitud...".

Compartir el artículo

stats