Pasión y constancia. Esos son los dos pilares sobre los que Marisa Valle Roso (La Felguera, 1987) asienta su brillante carrera como cantante. Una trayectoria que le ha valido numerosos reconocimientos y más de una treintena de premios en certámenes de canción, a los que ayer sumó el premio "Asturiana del mes", que concede LA NUEVA ESPAÑA, correspondiente al mes de septiembre, por su condición de abanderada de la renovación de la tradición musical asturiana.

La cantante, que recogió el galardón de manos de Ángeles Rivero, directora de LA NUEVA ESPAÑA, incidió en la necesidad de abordar la modernización de la tonada para poder introducir a un nuevo público que tome el testigo del actual. "Siempre hay que renovarse porque los tiempos cambian. Y por tanto tenemos que cambiar las canciones y sus letras, tienen que renovarse. Y hay que buscar la fusión con otros estilos, como pasa con el resto del folclore, porque tenemos que intentar llegar a otros públicos", reflexiona Valle Roso.

Con su segundo disco, "Consciente", presentado en septiembre de 2017, la cantante profundizó en esa vocación modernizadora del folclore asturiano y logró trascender las barreras generacionales que constriñen la difusión de la tonada. "No trabajo sólo con el folclore, canto otras cosas y también intento llegar a otro público al que al final, a través de otras canciones o haciendo otras cosas, le llevo a ese arte inicial que es la tonada asturiana, que es de donde vengo. La tonada forma parte de mí, de mi voz, de mi historia. Y esa es al final la manera de llevarla fuera: a través de la renovación, haciendo otras cosas e intentando llegar a otro público. Y también saliendo fuera, yendo más allá del Pajares", reflexiona la cantante.

En septiembre de este año Marisa Valle Roso actuó en la entrega de las Medallas de Asturias, interpretando "Santa Bárbara bendita" y "El pequeñín de seda". "Fue una actuación muy emocionante, en un acto muy emotivo", recordó Ángeles Rivero, quien destacó "el duende de Marisa Valle Roso". La cantante reveló que fue una actuación muy especial para ella, como también la que, el día 20 de ese mes, protagonizó en la plaza de la Catedral de Oviedo, en pleno San Mateo. "El año pasado saqué disco en septiembre, y este año tuve esas dos grandes actuaciones. Es un mes fetiche para mí", comentó Valle Roso. Mirando más atrás, también fue en un mes de septiembre, del año 2013, cuando interpretó por primera vez en público "La planta 14". Fue en el Auditorio Teodoro Cuesta de Mieres, y en presencia de un emocionado Víctor Manuel.

Familia

Marisa Valle Roso recogió el galardón con su familia: con su pareja, el gaitero Pablo Carrera; con sus padres, Fernando Valle y Ángeles Roso, y con sus abuelos, Luisa Pérez y Agustín Roso. Con ellos compartió la emoción de recibir la estela diseñada por Legazpi, que simboliza el galardón, y la caricatura realizada por Pablo García, con la que tuvo un flechazo inmediato: "¡Soy yo, tal cual!", exclamó la cantante.

Pero además se encontró, en la portada de LA NUEVA ESPAÑA que completa los atributos del premio, con los elogios de grandes amigos y compañeros: el propio Víctor Manuel, Rozalén, Diana Navarro y Bieito Romero, además de su primer maestro, Alfredo Canga, con quien empezó a cantar cuando tenía sólo 12 años. Todos ellos destacaron la valía como cantante de Marisa Valle Roso, pero también su calidad humana, su bondad y su generosidad. "Son testimonios que hablan no sólo de una gran cantante, también de una gran persona. Y nos gusta reconocer a las personas cuyos méritos profesionales vayan unidos a una grandeza personal, como es el caso de Marisa Valle Roso", señaló Ángeles Rivero.

Así canta "El Pañuelín" Marisa Valle Roso

Así canta Marisa Valle Roso "El pañuelín"

Así canta Marisa Valle Roso "El pañuelín"