La soprano Italiana Carmela Remigio ofreció en los comienzos de su carrera artística más de setenta conciertos junto al tenor Luciano Pavarotti. Su repertorio se centró durante largo tiempo en las óperas de Mozart, y está ahora en Oviedo para interpretar el papel de Vitelia en "La clemenza di Tito", el penúltimo título de la actual temporada de ópera ovetense, que se estrenará el próximo día 16 en el teatro Campoamor. Este personaje, que ha interpretado en numerosas ocasiones, forma parte de su repertorio desde tiempo atrás, a pesar de que reconoce que en la vida real no le gustaría parecerse a ella. Remigio es conocida por el público de Oviedo por su participación hace dos temporadas en "Così fan tutte", también bajo la dirección musical de Corrado Rovaris.
- ¿Qué destacaría de esta producción de esta última ópera seria de Mozart?
-Su belleza y su equilibrio dramático. La escena es contemporánea, pero al mismo tiempo da pie a imágenes majestuosas. Escena y música en esta producción van muy de la mano, y los personajes son muy coherentes con la verdad. No quiero olvidarme tampoco de comentar el vestuario, porque es maravilloso, muy sensual, que se ajusta muy bien al carácter de mujer poderosa que es Vitelia.
- Hábleme más sobre este personaje.
-Ella sabe utilizar a quienes la rodean en pro de su propio beneficio. Detesto las mujeres que son así, pero tengo que reconocer que sobre el escenario es un personaje que funciona muy bien por su enorme fuerza. Ella utiliza su belleza para llegar al poder, es algo muy actual, que podemos verlo todos los días, y Mozart ya lo escribió a finales del XVIII. En este sentido, Fabio Ceresa está haciendo un muy buen trabajo para transmitir toda esa ansia. Musicalmente es un papel difícil por la tesitura tan extrema y, además, la música busca reflejar todos esos estados anímicos, por lo que es muy versátil.
- En su opinión, ¿qué mensaje subyace en esta ópera?
-Me gustaría pensar que el trasfondo de toda esta ópera apela a cuestiones morales, muy en la línea de la ideología de la Ilustración, pone de manifiesto las tremendas consecuencias que tienen las malas acciones. Vitelia busca convertirse en emperatriz y casarse con Tito, pero él no la desea, entonces lo que ella busca es la muerte de Tito y para ello seduce a su amigo Sesto, es terrible lo que consiguen hacer las armas de seducción, pero todo se vuelve al final en contra de la propia Vitelia.
- Las heroínas mozartianas han sido siempre su especialidad, ¿cuál es la relación que mantiene en la actualidad con sus óperas?
-La ópera de Mozart es un mundo de cristal en el que hay que moverse con extrema gracia. Cuando me levanto por la mañana me digo a mí misma que he tenido el privilegio de haber podido cantar casi siempre Mozart durante los 26 años de carrera. He interpretado sobre el escenario todo el universo femenino mozartiano y esto para mí es algo muy importante porque lo considero el genio más grande del teatro musical; tras él vienen Verdi, Puccini? pero después. Me considero muy afortunada en este sentido.
- Pero usted se plantea cambiar su repertorio, orientándose más hacia el bel canto.
-Sí, ya he hecho bastantes cosas de Donizetti y he obtenido el premio "Abbiati" de la crítica italiana por mi interpretación de "Anna Bolena", pero en el futuro voy a hacer mucho más bel canto, es bueno para mi voz y me siento muy bien con este repertorio. La misma "Anna Bolena" la haré en el Teatro de la Ópera de Roma, o "Roberto Devereux" y "Turandot", en el personaje de Liu, en la Fenice. Además estoy participando en varios proyectos para la recuperación del repertorio, por lo que participaré en "Fernand Cortez", una ópera rara de Spontini que se representará en el Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, y "Écuba", de Antonio Manfroce. Me he convertido durante todos estos años en una artista reconocida por las interpretaciones mozartianas, pero creo que ha llegado el momento de moverme a un nuevo repertorio definitivamente.
- Después de todos los conciertos ofrecidos con Pavarotti en el pasado, ¿qué imagen tiene de él en la actualidad?
-Cuando colaboré con él fue durante sus últimos años, por lo que actuábamos en grandes escenarios con una afluencia de público enorme. Eran quizás alrededor de 40.000 personas en pie las que nos aplaudían. El de Pavarotti era otro periodo histórico, todo este mundo de la música ha cambiado mucho desde entonces. De él recuerdo la belleza de su voz, cuando cantaba era casi como ver salir el sol. No obstante, también ha sido una fuente de inspiración su filosofía de vida, tan simpático siempre, su manera de pensar, el amor que sentía por la música clásica era algo increíble. Personajes como él, tan conmovedores y comunicativos, que han sabido transmitir la ópera por todo el mundo, yo creo que es algo por lo que hoy debemos estar agradecidos.
