El movimiento #MeToo reveló en los últimos meses la gravedad de las situaciones de acoso y abuso sexual que soportan las mujeres en todo el mundo. Muchas aportaron su testimonio, que causó conmoción social. Las redes sociales fueron cruciales para denunciar estos episodios y en las que trasmitir que las mujeres son las únicas dueñas de sus cuerpos y de sus vidas. La doble vertiente de internet favorece por un lado el activismo pero también en este espacio virtual se dan situaciones de abuso y acoso sexual al igual que se produce en la vida real.

El Instituto Asturiano de la Mujer elaboró una guía para formar a las jóvenes sobre cómo usar con seguridad las redes sociales para prevenir situaciones de riesgo y saber cómo actuar ante las agresiones.

Las redes son un reflejo de la sociedad, tanto para lo bueno como para lo malo. Todo lo que se publica en ellas tiene alcance mundial. Con un simple clic de ratón, cualquier internauta puede acceder a datos personales y este maremágnum de información puede acarrear graves consecuencias en las situaciones de acoso y abuso sexual. Un simple teléfono móvil puede convertirse en una herramienta de control por parte de otra persona que puede llegar a tener malas intenciones y transformar este instrumento en una pesadilla para la persona acosada.

El Instituto Asturiano de la Mujer busca que las y los jóvenes apuesten por la igualdad y desmonten estereotipos, que no trivialicen comportamientos abusivos como pueden ser chistes o comentarios despectivos hacia las mujeres, para así entre toda la sociedad cambiar la situación. Como muestra, el Instituto comprobó que introduciendo las palabras "chico" y "chica" en un conocido buscador de internet, las imágenes que aparecían reflejaban unos estereotipos muy distintos. En el caso de los chicos, aparecían fotografías de rostros masculinos mientras que al introducir el término "chica" las imágenes denotaban un claro contenido sexual, ya que en ellas aparecían mujeres provistas de escasa ropa. Este es un ejemplo más de la cosificación de las mujeres, a las que internet reduce a un mero objeto sexual. El Instituto hace hincapié en que esta forma de cosificación no es más que una violencia simbólica hacia las mujeres.

Más de lo mismo ocurrió al introducir en el mismo buscador virtual los términos "los hombres necesitan" y "las mujeres necesitan". En el primer caso, las palabras que completaban la frase eran: espacio, descargar, tener más relaciones sexuales que las mujeres; mientras que en el segundo las frases continuaban con: drama, sentirse deseadas y soluciones. Estos son otros dos ejemplos de estereotipos en los que representan a los hombres como sujetos activos e independientes, mientras que las mujeres se las percibe como entes pasivos que necesitan agradar y alguien que les soluciones sus problemas. Unas ideas arcaicas que siguen presentes en la sociedad y en la realidad virtual, internet.

El objetivo del Instituto Asturiano de la Mujer pasa por que las y los jóvenes aprendan a identificar la cosificación y los estereotipos que aparecen en las redes sociales y otros espacios de internet para evitar situaciones de riesgo y prevenir las agresiones en la red de redes.