La pintora asturiana Chechu Álava (Piedras Blancas, 1973) vuelve con obra nueva y con la agenda llena tras la pausa que tomó por su maternidad. El Instituto Cervantes de Roma inaugura hoy la exposición colectiva "Las formas del alma" en el Instituto Cervantes de la capital italiana y ya está confirmada su presencia en la feria de arte emergente Just Mad, a final de mes. En otoño presenta exposición individual en París, donde reside.
La artista asturiana ya estuvo en la edición portuguesa del Just Mad, celebrada el verano pasado en Lisboa, el JustLX. Ahora retoma la actividad con exposiciones en varias ciudades europeas.
Hoy a las seis de la tarde se inaugura en Roma "Las formas del alma", con obra de catorce artistas españoles, en los que además de Chechu Álava, está también la asturiana Soledad Córdoba. La exposición romana podrá verse hasta el 30 de marzo y en torno a ella se ha organizado un ciclo de coloquios sobre arte. En uno de ellos intervendrá Chechu Álava, el 12 de marzo, cuando dialogará sobre su trabajo con la pintora italiana Silvia Codignola.
Entre el 23 y el 26 de febrero Álava participará en el Open Studio, el festival de artistas visuales contemporáneos, como invitada de la artista asturiana Sandra Paula Fernández, seleccionada por el certamen. Y continuará en Madrid, a partir del 26 de febrero y hasta el 3 de marzo, en el Just Mad, la feria de arte emergente contemporáneo, adonde irá de la mano de la galería gijonesa Espacio Líquido, que concurre con cuatro artistas -Job Sánchez, Miguel Aguirre, Noemí Iglesias y la ya citada Chechu Álava-. La artista avilesina redondeará el año con una exposición individual en otoño en una galería en París.
El pasado verano, cuando llevó su obra al JustLX, Chechu Álava confesaba que "tras el embarazo y el nacimiento de mis hijas mellizas, Eva y Cloe, pensé que mi obra daría un giro significativo" . "Esa idea", continuaba, "me bloqueó durante un tiempo, hasta que decidí retomar las cosas donde se habían quedado un par de años antes. Ya era bastante nuevo coger los pinceles y recordar cómo se hacía todo esto".
Sin embargo, al regresar al taller descubrió que su obra no iba a cambiar tanto por la maternidad, ni en su forma ni en la temática. La artista asturiana sigue optando por los retratos de mujeres, en una actitud contemplativa, con un aire evocador a la infancia y en los que se recrea en los gestos sutiles y las miradas.
