En conjunto, continúa Antonio Rosas, estas mutaciones genéticas fruto de la endogamia "suponen una pérdida de vitalidad a la larga, sobre todo de vitalidad poblacional. Y en última instancia, una acumulación de mutaciones termina, antes o después y con el concurso de otros factores, por ejemplo ecológicos, termina con el fenómeno de la extinción". Entre estos factores asociados, el más probable sería un cambio climático asociado a la última glaciación, en medio de la cual se sitúa la extinción de los neandertales, hace unos 40.000 años.

El prehistoriador de la Universidad de Oviedo Marco de la Rasilla, miembro del equipo que investiga los restos de El Sidrón y coautor del artículo, incide en que la endogamia, por sí sola, no explica la desaparición de los neandertales, pero combinada con otros factores ambientales sí que es un elemento clave para explicar la extinción de la especie: "Es indudable que la genética, una vez que se ha introducido en las investigaciones sobre los neandertales, está dando cada vez más pistas. Aquí, la clave es que esta cuestión, la endogamia y las mutaciones genéticas que provoca, existe. Por sí mismas, puede que estas anomalías no sean muy problemáticas, pero sumadas a otro conjunto de cosas se convierten en un gran problema. Y todo apunta a que esa suma de pequeñas cosas, al final y unas con más peso que otras, son la causa de la extinción de los neandertales".

Para profundizar en esta cuestión, continúa Marco de la Rasilla, el yacimiento piloñés aporta un grupo de estudio difícil de encontrar en otra parte del mundo: "El Sidrón aporta un grupo humano único, de trece individuos emparentados. Esto ha sido clave, porque nos permite una mayor precisión para analizar las anomalías genéticas".

Este nuevo hallazgo asociado al yacimiento de El Sidrón, aún siendo muy relevante, no supone el final de las investigaciones. "Aunque la excavación de El Sidrón haya terminado, los fósiles siguen ahí, y nosotros seguimos investigando. Estamos estudiando aspectos relacionados con la paleobiología, la paleogenética, la anatomía, el comportamiento... No sé cuál será la próxima aportación que salga de El Sidrón, pero seguro que habrá más", concluye Antonio Rosas.

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