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Alfredo González fluye hacia el pop

Alfredo González.

"Afluentes" es el título del nuevo disco del cantautor turonés Alfredo González, sexto ya de su carrera. Once cortes que han sido producidos por el músico andaluz Pachi García Alis grabados en los estudios que éste regenta en Baeza, su ciudad natal. Los once cortes que componen el álbum, escritos en castellano, excepto "Pentotal", la primera canción escrita en asturiano por Alfredo (en discos anteriores González se había encargado de musicar poemas o letras de otros autores en esta lengua), mantienen algunas de las características estéticas y líricas que siempre han caracterizado la música de su autor, pero marcan una cierta distancia con respecto a sus últimos trabajos. Por un lado siguen estando ahí la búsqueda constante de la melodía perfecta, la reinterpretación moderna de la tradición, la filigrana armónica y una intención siempre literaria en las letras. Pero, cobijándonos en el símil del título del álbum, podríamos decir que se advierte una corriente de libertad ecléctica (y escéptica, por ponernos esdrújulos), en la que Alfredo deja volar sus dedos sobre el piano y abre sin cortapisas las dudas y los precipicios a los que se asoma, cotidianamente, el corazón humano. A pesar de los constantes hallazgos metafóricos no se persigue el verso rotundo. Más bien una argumentación constante en la que la idea fluye, con la firmeza y la sensibilidad de un río, hasta una solución tan inevitable y coherente como el mar. Si en su anterior trabajo, "La paciencia del fakir", producido por Paco Loco, el artista se dejaba arrastrar por los cantos de sirena de las maneras de la música independiente, ahora, a bordo del barco capitaneado por Alis, vuelve al pop de forma rotunda, en el sentido más sencillo de la palabra pero con todo el abanico que la etiqueta le permite, manteniendo una personalidad arrolladora que siempre sale a flote por mucho que el propio autor quiera jugar a ahogarla de vez en cuando.

A pesar de que se advierte un aroma de optimismo y una luminosidad desprejuiciada, la cabra tira al monte. Las canciones de González siguen siendo espinosas, ásperas. "El vals de los desesperados", "Hilo de voz", "El pozo" o la que da título al álbum, son buenos ejemplos de ese logro tan complicado consistente en alcanzar altas cotas de belleza estética arrastrando mensajes poderosos, verdades incómodas, recovecos del alma en los que la música golpea y alivia al mismo tiempo. En definitiva, canciones escritas para perdurar más allá de las poses o las modas. Y canciones, también, para pensar, algo que hay que reivindicar, de una vez, sin miedo.

El disco ve la luz bajo el amparo de la multinacional Warner Music y su lanzamiento ha venido acompañado de un videoclip dirigido por Pablo Quiroga del citado tema "Pentotal".

El próximo sábado 2 de marzo el artista presentará junto a su banda el disco en directo, en el recuperado espacio MCC (Mieres Centro Cultural).

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