Los cuentos infantiles sobre princesas que necesitan ser salvadas, lobos que atemorizan a niñas indefensas y caballeros heroicos que nunca lloran forman ya parte del pasado. La compañía mexicana "Los cantores del Confín" dan buen ejemplo de ello estos días en la Feria Europea de las Artes Escénicas para Niños y Niñas (Feten) de Gijón, en la que participan con una rompedora obra llamada "Belisa, ¿dónde estás?" y que pretende ilustrar un problema que el grupo considera endémico: el machismo y los feminicidios. "En México hay desapariciones casi diarias y los niños lo saben. Les debemos una explicación", asegura la guionista de la obra, Berta Hiriart. Actuarán hoy, a las 18.00 horas, en el Ateneo de La Calzada.

Los integrantes de la compañía, conscientes de que su obra está recomendada para menores de a partir de 6 años, han "camuflado" un poco el problema que intentan ilustrar y, en vez de narrar de forma directa un asesinato machista, cuentan la historia de 50 niñas de un pueblo local que "desaparecen" de un día para otro. La pieza al final desvela que las pequeñas fueron secuestradas para trabajar en una fábrica textil de camisas y cuenta cómo el resto de niños del pueblo, con la ayuda de los pájaros -alegoría, según Hiriart, de las "ansias de libertad" de un México "sumido en el machismo"-, encuentran a su amigas. "Si a los pequeños no les dejamos ir al parque solos porque les decimos que es peligroso, tenemos que explicarles la razón de ese peligro y no tratarles como si fuesen ignorantes", reconoce Hiriart, que insiste en que el "nuevo teatro" debe "alejarse de los roles machistas y heteronormativos". "En México ahora puedes ver cuentos teatrales sobre parejas homosexuales y niños que quieren tener un bebé y cuidar de él. Venimos de una cultura centrada en edulcorar las historias que les contamos a los niños", sentencia.

Juan Carlos Saavedra, productor ejecutivo de la compañía, asegura que esta obra forma parte de "una nueva corriente" del teatro infantil que se aleja de los "roles machistas tradicionales" y busca que las mujeres sean "un sujeto activo" en sus argumentos. "Dar voz a colectivos invisibilizados no es aleccionar; es explicar una realidad compleja", asegura.