La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antolín Rato: "Fue una lucha por un pensamiento cultural no censurado"

Mariano Antolín Rato.

El escritor Mariano Antolín Rato recuerda que en aquella Asturias universitaria de 1963 se respiraban "unos aires asquerosa y asfixiantemente viciados por el franquismo. Era, sin embargo, posible sobrevivir en grupos donde se respiraba cierta libertad. Sobre todo en aspectos culturales, y con esfuerzo". Grupos como "Fenestra" que "en realidad lo formábamos cuatro amigos. Y todos procedentes de familias de clases sociales que se podían permitir que sus hijos estudiaran en una universidad donde no había casi becas, o muy escasas. Esos amigos durante los dos cursos que estudié en Oviedo eran, en mi caso, Pepe Avello, Fernando Corugedo, Juanjo Cueto, Chus Quirós, Carlos Álvarez, Linos Fidalgo, Mari Carmen Manzanal, Luis Fernando Amor, Pedro Civera, Alfredo Deaño y algunos pocos más que ahora no recuerdo. Pero más que reivindicaciones políticas -que también había, claro- se trataba de una lucha cultural y la defensa de un cine, teatro, literatura y pensamiento en general no censurado. Y de un modo de vivir menos pacato del que se imponía". Sin líder: "En un grupo de intereses tan variado unos destacaban más que otros. Pero no había consignas que transmitir".

Su participación fue escasa: "El programa no me gustaba mucho. Solo recuerdo haber escrito algo en broma sobre el profesor de religión de la facultad que me dio matrícula porque hice un trabajo que se titulaba 'Religio non est opio populorom'".

¿Cómo era el Juan Cueto de la época? "Un estudiante listo y bastante lanzado que hablaba mucho y tenía ideas subversivamente divertidas. Tremendamente activo en la fundación de cineclubs y manipulación de organizaciones culturales a las que conseguía confundir para que albergaran actos que se oponían a los intereses y principios de sus miembros. Era un par de años o así mayor que yo, así que se manejaba en la facultad -en su caso de Derecho- con más facilidad que yo en la de Filosofía".

Escuchó el asalto por la radio "y, como vivía en una pensión cercana a la emisora, Pepe Avello y yo, que compartíamos habitación, corrimos hacia allí. En la calle nos encontramos con Cueto y Azpiroz, que nos dijeron lo que había pasado. También que los fascistas asaltantes estaban en un bar cercano celebrando su 'hazaña"'. El asalto no terminó con el SEU, "al que era obligatorio afiliarse para poder matricularse, pues duró dos o tres años más. En Oviedo tengo la impresión que sí dimitió la directiva. Yo era entonces, con 19 años, el Jefe de Actividades Culturales, porque opinamos que estando dentro lo podríamos manipular. Y eso intentábamos haciendo obras de teatro prohibidas, organizando coloquios sobre libros y películas prohibidas".

Gustavo Bueno "era la única cabeza pensante y opuesta radicalmente al Régimen de la universidad. Nos hacía mucho caso a los estudiantes de nuestro grupo, participaba en jurados de premios y nos orientaba con respecto a lecturas y tendencias del pensamiento. Se mostraba entusiasta con cualquier proyecto que se nos ocurriera".

Compartir el artículo

stats