"Vuestra labor hace que la fragilidad del planeta, ya conocida desde tiempos atrás, quede más que nunca en evidencia". Este fue el mensaje lanzado ayer por el presidente del Memorial "María Luisa" de Fotografía de montaña, naturaleza y aventura, Román Benito, durante la entrega de premios de la edición más reivindicativa de un certamen creado en 1991, que ayer coronó en el teatro Filarmónica de Oviedo al fotógrafo alicantino Cristóbal Serrano, gracias a una foto que denuncia los efectos del calentamiento global en la Antártida.

El vencedor absoluto fue ovacionado durante el cierre de una gala en la que explicó la dificultad de captar una instantánea de tal calibre. Serrano admitió la importancia de la casualidad. Llevaba cuatro años preparando la expedición al gran continente de hielo hasta que el pasado febrero se lanzó a la aventura con el objetivo de captar cómo las focas leopardo cazaban pingüinos.

Sin embargo, los efectos del cambio climático le jugaron una mala pasada. La escasez de hielo, "mucho mayor" que en viajes anteriores a la misma zona, le impidió ver el fenómeno biológico que esperaba. Con todo, no se marchó de vacío, pues después de una inmersión en busca de lobos de mar se topó con un gran pegote de hielo flotando en medio del agua. "De repente me encontré 40 focas cangrejeras echando un sueño sobre esa singular estampa", relató.

La imagen fue, para el autor "un claro ejemplo de los síntomas del calentamiento global". Una postal inédita cuyo efecto concuerda con lo descrito ayer por Román Benito sobre la capacidad de los fotógrafos de naturaleza para concienciar a la sociedad. "Con sus fotos consiguen emocionar y marcar a la gente sobre lo que está ocurriendo", indicó.

El reconocimiento a Serrano fue sólo el colofón a una gala por la que pasaron unos cuarenta fotógrafos distinguidos entre un total de 1.522 autores participantes en el certamen. En esta ocasión, la participación llegó de 78 países en forma de 17.000 fotografías y una buena parte de la repercusión global del concurso, creado en el concejo de Piloña en 1991, estuvo representada por gente como el kuwaití Fahad Alenezi, que no dudó en sacar la bandera de su país para celebrar la distinción en una de las categorías.

Por el escenario pasaron fotógrafos de lugares tan dispares como China o Polonia, además de varios representantes de lo más granado de la fotografía nacional. También hubo tiempo para el reconocimiento de jóvenes talentos. En este apartado, el ganador fue el finés Lasse Kurkela. El autor nórdico captó a un lobo en pleno bosque evitando todo tipo de ruidos con su cámara. La imagen fue tomada en medio de un bosque finlandés y conquistó al público, al que el prometedor fotógrafo invitó a una reflexión. "¿Ven a un asesino o a un lindo cachorro de lobo?", lanzó al aire en una clara reivindicación del derecho a la vida de esta especie salvaje, habitualmente presentada como enemigo del hombre.

Por segundo año consecutivo se dedicó un apartado también a los vídeos. El trabajo de "Zabardast" del francés Jerome Tanon fue el ganador absoluto de una categoría que a buen seguro volverá a estar presente en la trigésima edición ya anunciada por los organizadores para el año que viene, gracias en gran medida al apoyo mostrado por los patrocinadores de una cita que en tres décadas ha pasado de evaluar 145 diapositivas a tener que analizar más de 17.000 fotos de primer nivel.