Ni la lluvia ni el frío impidieron en Gijón que decenas de familias aprovechasen la jornada de puertas abiertas en los museos de la ciudad, una tradición que cada año suma más asistentes. "Es un día consolidado, la gente lo sabe y acude, pero también es un día de toque de atención a la sociedad para decir que realmente estamos en el mundo, que existimos y recordar que los museos de verdad merecen la pena", apuntó Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril de Asturias. Los más pequeños disfrutaron del talle "robotix" y, después, con los trenes de vapor en marcha.

Los más madrugadores para conmemorar el Día de los Museos fueron los responsables del Evaristo Valle, que ya el viernes arrancó su agenda especial de actividades. Ayer sábado, el inicio de la tarde estuvo destinado a los adolescentes, con un taller titulado "Estética oriental: haikus y dibujos con bonsáis". "Tratamos de repartir las actividades para todos los públicos", explica Pablo Basagoiti, que destaca que, a pesar de la climatología adversa, "la jornada se desarrolló muy bien y con mucha afluencia". De hecho, tanto el taller como la visita nocturna "En torno al Gabinete de Curiosidades: naturalia y exótica" colgaron el cartel de "no hay billetes".

Por el Museo Barjola, por ejemplo, cerca de sesenta personas disfrutaron de los talleres programados. La música fue la apuesta añadida en el Nicanor Piñole, Casa Natal de Jovellanos y el Villa Romana de Veranes.