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Bióloga, premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica

Sandra Myrna Díaz: "Clima, naturaleza y bienestar para la gente están íntimamente conectados"

"Futuros mejores son técnicamente posibles, siempre y cuando exista la voluntad, no solo individual sino colectiva y de políticas públicas"

La bióloga argentina Sandra Myrna Díaz, premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica. FERRÁN NADEU

Sandra Myrna Díaz (Bell Ville, Argentina, 1961) suele referirse a la preservación de la naturaleza y el clima como a una cuestión de justicia social, indisociable de la demografía, la economía y, en definitiva, del futuro de la humanidad. Díaz, investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la Universidad de Córdoba, en Argentina, comparte el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica 2019 con su colega estadounidense Joanne Chory. Bióloga, especializada en botánica y referencia indispensable en ecología, es casi inevitable imaginársela inmersa en su trabajo en medio de la selva o cualquier otro paraje natural inaccesible. Desde alguno de esos lugares ha respondido, en un corto periodo de conexión a internet y a través del correo electrónico, a un breve cuestionario de LA NUEVA ESPAÑA.

- Acaba de celebrarse la Cumbre del Clima en Nueva York, ¿qué expectativas tiene puestas en este tipo de conferencias?

-Sigo de cerca los informes del IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas). He visto el último que aprobaron sobre el mar y los hielos, y refuerza el mensaje preocupante de los anteriores. Un avance es que resulta cada vez más claro que clima, naturaleza y bienestar equitativo para la gente no son cuestiones separadas o que compiten mutuamente, sino que están íntimamente conectados. Mi expectativa es que se empiecen a tomar medidas realmente sinceras y efectivas en este sentido.

- Hay una gran movilización entre los más jóvenes, ¿confía en el impulso de las nuevas generaciones para dar la vuelta a la situación?

-Sí. Tengo mucha expectativa en ellos. Estamos viendo algo que no se veía antes. Es más, algo que no nos imaginábamos que pudiera pasar.

- ¿Hay algún momento de la historia del planeta comparable a éste, en relación a la transformación que está sufriendo el planeta?

-La intención de intervenir en la naturaleza estuvo siempre, es parte de lo que nos define. Pero la capacidad de intervención a nivel global ha aumentado dramáticamente. Claramente los cambios que estamos viendo, en escala, aceleración y conectividad, son inéditos en la historia humana.

- Los incendios en la Amazonía, ¿Qué alcance tienen? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Y por qué los mandatarios internacionales no adoptan soluciones?

-Lo del Amazonas es un buen ejemplo -en realidad, un ejemplo terrible- de lo que vemos a nivel de todo el planeta: una catástrofe ecológica, con daños irrecuperables, no "venida del cielo" sino producida por factores sociales y políticos, que beneficia a una minoría ínfima y perjudica a muchos: los pueblos indígenas y locales que viven en y de la selva, los ciudadanos de los estados amazónicos que ven diezmado su patrimonio natural, los latinoamericanos cuyo clima, agricultura y navegación dependen de un sistema climático continental en el cual el bioma del Amazonas es un factor importante, y la humanidad en general, por el masivo aporte de gases de efecto invernadero por las quemas y por la pérdida de diversidad, nuestra herencia común.

- El fuego, la subida del nivel de los océanos, la desaparición de especies? ¿Cómo será el planeta dentro de 50 años? ¿Es posible revertir esta situación o hay que darse por vencidos?

-Todas las proyecciones que asumen modelos de desarrollo "business as usual", o sea que asumen que seguiremos consumiendo, produciendo, creciendo y emitiendo como hasta ahora, muestran deterioros dramáticos en todos los indicadores del estado de la naturaleza: el número de especies, la extensión e integridad de los ecosistemas, el tamaño de las poblaciones? y sabemos que los seres humanos dependemos estrechamente del mundo vivo para nuestra supervivencia física y para llevar una vida digna de ser vivida. Sin embargo, también hemos investigado modelos "de metas". Estos se preguntan si es posible alcanzar metas deseables, por ejemplo en cuanto a diversidad biológica, un clima estable y justicia social y qué habría que hacer para alcanzarlos. Estos modelos muestran que futuros mejores son técnicamente posibles, siempre y cuando exista la voluntad, la decisión no sólo individual sino colectiva y de políticas públicas, de emprender sin demora cambios transformadores en los modos en que producimos, consumimos y comerciamos alimentos, energía y mercancías.

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