La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

DANIEL SUÁREZ | Emprendedor, presidente de la empresa tecnológica Zapiens

"Vivo en mi cuerpo y en el planeta Tierra; lo demás son sitios donde tengo calzoncillos"

"En San Francisco me entra el estrés de salir a cazar y en Pola de Somiedo creo tranquilo; he de ir a uno para vivir en el otro"

Daniel Suárez, en Oviedo. IRMA COLLÍN

Daniel Suárez (Avilés, 1980), presidente de la tecnológica Zapiens, presenta y representa su libro "Sócrates y la econología".

- ¿Qué es Zapiens?

-Una empresa asturiana de 32 personas que gestionan el conocimiento de empresas como Vodafone, Banco Santander, L'Oréal, para que unos 30.000 humanos en España, Alemania, Francia, Inglaterra y EE UU sean capaces de pasar datos de un cerebro a otro cerebro, algo difícil en las tribus. Menos del 20% de las personas hacen preguntas. El sistema educativo nos entrena a estar callados de los 4 a los 22 años. Volvamos a preguntar.

- ¿Qué tipo de preguntas?

-¿Por qué hago esto? ¿Cuál es este producto? Entre el 0,2 y 1% de las personas contestan.

- ¿Da dinero?

-Sí y va a dar mucho más. Somos una empresa viable y eso es raro para una tecnológica. Gastamos el doble de lo que ingresamos y 10 veces menos que si fuéramos una empresa de la burbuja.

- ¿Qué están preparando?

-Un robot que responde preguntas y, si no sabe la respuesta, que prediga quién la sabe.

- Pasa casi medio año en San Francisco (California, EE UU) con un visado de investigador. ¿Sale bien de Asturias?

-Sí. Me quejo de los que nos quejamos de tener problemas.

- ¿Qué tiene en Somiedo, el concejo de su padre?

-Una empresita que invierte en experimentos, ayudando a hacer un coworking y la marca de ropa de montaña So Miedo, que sacó sus primeras prendas hace 3 meses. A los 38 niños del pueblo se les da clase de emprendimiento un día a la semana y un equipo de seis empezó a vender huevos de sus gallinas, aprende a gestionarse, tiene sus redes sociales y añade productos como las libretas de una artesana.

- ¿Dónde vive?

-En mi cuerpo y en el planeta Tierra. Lo demás son sitios donde tengo calzoncillos.

- ¿Dónde tiene calzoncillos?

-Donde más, en Pola de Somiedo. Tengo otros en la Free House de San Claudio, donde un emprendedor monta una incubadora rural y una emprendedora quiere hacer mindfulness y yoga.

- Más calzoncillos.

-En la casa y oficina de Madrid y en el piso franco de Berlín en el que mi objetivo es la empresa de ferrocarriles Deutsche Bahn, 400.000 trabajadores, un supercliente. Y en una habitación de casa de mi padre, en Oviedo,

- ¿Da igual Palo Alto (California) que el Alto'l Palo?

-Sí, pero prefiero el Alto'l Palo. En San Francisco pago 5.000 euros de alquiler y en Somiedo, 200 y el ADSL funciona mejor. En San Francisco me entra el estrés de salir a cazar y en mi pueblo creo tranquilo. Por desgracia hay que ir al Palo Alto para poder vivir en el Alto'l Palo. San Francisco me permite jugar con otros niños y abrir la cabeza y Somiedo transferirlo aquí, lo que me aporta significado y sentido.

- ¿Dónde querría instalarse?

-El planeta Tierra está muy bien. Soy vaqueiro digital, no nómada, porque tengo apego. En Somiedo paso 120 días al año.

Su madre era de Piedras Blancas y fue a tenerlo en Avilés, pero vivían en Gúa (Somiedo). Con 5 años se mudaron a Oviedo. Estudió en el colegio y en el Instituto de La Ería

- Sabía qué sería de mayor?

-Juez, hasta los 10 años, y médico, hasta los 13. Luego quise ser rico y estudié Economía. Entonces no sabía que el dinero no existe. Ahora soy rico en tiempo para hacer lo que quiero y jugar.

- Me encantaría decir en el banco que el dinero no existe.

-Existe porque nos creemos que existe.

- No cabe ser ateo del dinero.

-No, soy esclavo, pero me gusta no creérmelo del todo.

- ¿Aprendió en Económicas?

-En ese momento todo lo criticaba, pero aprendí mucho. Lo más importante, que "eco" significa casa, que todos somos economistas y que el capitalismo no significa economía.

- ¿No le dijeron eso en casa?

-Sí, mis padres eran muy jipis, pero yo no lo entendía. Mi madre, Isabel, que murió hace año y pico, me decía "esto te lo conté yo".

- ¿Jipis?

-Sí, yo era gordito y los viernes me ponía en pelotas a comer vegetariano para que aprendiera a aceptar mi cuerpo. Era anarquista y le decía a mi padre, Ricardo Suárez Argüelles, que es socialista y fue alcalde, que era un facha. Con cariño, claro.

- ¿Qué es usted?

-Más anarquista que socialista. Pagamos un 10% por encima de los salarios porque qué puede haber mejor para una tribu y para su jefe que todos los miembros puedan comer más y mejor, ser felices, tener hijos...

- ¿Está soltero o casado?

-Libre y cada vez con menos compromiso. No tengo hijos.

- ¿Qué ventaja tiene ser niño, usted que fue el único de Gúa?

-De esos traumas, estos lodos. Sigo buscando la infancia.

- ¿Por qué su empresa sigue siendo suya y no la ha vendido por millones de dólares?

-Mientras me divierta... Los americanos dicen "rich or king" (rico o rey). Como soy de pueblo prefiero ser king de un pueblito donde ser libre y tener poder.

- ¿Qué es la econología?

-Soy hijo de filólogos, o sea, de programadores de humanos porque el lenguaje de programación es la lengua que nos enseñan. En el proceso de entenderme a mí mismo y mis incoherencias salió esa palabreja. Ecología es conocer la casa y economía gestionarla y si juntamos las dos cosas, lo más importante que tenemos las tribus es la gestión del conocimiento de la casa, porque gracias a eso hemos llegado hasta aquí. Mi idea es que no puedes gestionar una casa que no conoces.

- ¿Tiene hermanos?

-Pablo, 11 años menor, la persona más importante de mi vida. Es médico. Se especializó en preventiva para salvar humanos de mil en mil. Es más viajero que yo, cooperante de Intermón y director de "Refugiados bienvenidos".

- ¿Cómo ve Somiedo, España vaciada, en diez años?

-Será un sitio maravilloso con cincuenta niños en el colegio, otros cien puestos de trabajo y teitos.

Compartir el artículo

stats