Todas las cosas tienen un coste. Económico y en muchas ocasiones emocional. La lacra social de la violencia machista también. Si bien el emocional no se puede medir, sobre todo cuando hay víctimas mortales, el monetario es impactante. La Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo acogió ayer la presentación del primer estudio de estas características realizado en España. Los investigadores sitúan la estimación más conservadora -el coste mínimo- de la violencia de género en 1.300 millones de euros al año (0,11% del PIB). Para hacerse una idea, es la mitad de lo que costará la variante de Pajares, o lo que se invirtió en el acelerador de partículas de Ginebra. O lo que pagó Google por la compra de Youtube. Por su parte, el presupuesto destinado al pacto de Estado contra la violencia de género es de 220 millones de euros.
"El impacto de la violencia de género en España: una valoración de sus costes en 2016" es un estudio promovido por la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género y realizado por un equipo multidisciplinar del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social de la Universidad de Alcalá de Henares. "Fue un trabajo de investigación muy difícil y complejo, por la propia temática y porque su impacto emocional nos afecta de manera especial a todos", aseguró ayer su directora, Elena Mañas. Junto a ella participaron en la presentación el matemático Felipe Luis Rivera y la profesora María Teresa Gallo, subdirectora del instituto.
El estudio analiza desde distintas perspectivas los múltiples impactos económicos que provoca la violencia ejercida sobre las mujeres por sus parejas o exparejas. Se estiman los costes tangibles directos e indirectos que recaen anualmente sobre las víctimas, sus familiares, las administraciones públicas, las empresas, las asociaciones del tercer sector y la sociedad en general.
Los investigadores centraron sus cálculos en el análisis de tres itinerarios. Uno es el laboral o productivo, que analiza, por ejemplo, la inactividad y el paro de las víctimas; otro es el de la asistencia sanitaria, que está relacionado con los costes derivados de la atención por los daños causados sobre la salud física, sexual y mental de la mujer, y, por último, el ámbito legal, que abarca desde la fase inicial de información, asesoramiento, asistencia jurídica, hasta la policial, judicial y penitenciaria.
Estos tres itinerarios superan el 87% del coste total anual de la violencia de género en el modelo de cálculo más conservador, y se eleva al 98% en la estimación más elevada.
Elena Mañas explicó que la macroencuesta realizada por la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género en 2016 revela que unos 2,6 millones de mujeres en España sufren algún tipo de violencia de género a lo largo de un año. Y un 3% confiesa sufrir miedo continuado por sus parejas o exparejas.
La directora del estudio también advirtió de que los cálculos realizados en esta investigación pionera se basan en la consideración del número de mujeres víctimas de la violencia machista, y no en el número de episodios de actos violentos que sufren durante el año. Es decir, que probablemente los costes reales son mayores de los que se estiman.
Si el cálculo de lo que cuesta la violencia machista se realiza por persona y año, los resultados varían entre los 32,6 euros en la estimación más conservadora (la que supone el 0,11% del PIB), hasta los 185,9 euros (el 0,76% del PIB) que resultan en la más elevada de las distintas modalidades que utilizaron los investigadores.
¿Y qué pasa con los costes intangibles? Pues que no se incluyen en el estudio porque, aseguran los investigadores, son muy difíciles, por no decir imposible, de cuantificar al no suponer un desembolso económico. ¿Cómo se puede cuantificar monetariamente lo que costarían el dolor, el miedo, el sufrimiento propio, de los hijos y del entorno familiar?
