La joven María Rodríguez, que cursa tercero de la ESO en un instituto leonés, visitó el curso pasado el yacimiento de Atapuerca con su centro educativo. Durante aquella excursión ella era la alumna, pero este jueves se convirtió en maestra, guiando a su familia por la exposición "Humanos! 6.000.000 de años de evolución", la muestra que inaugura La Sala de LA NUEVA ESPAÑA. Un viaje al origen de la humanidad especialmente idóneo para disfrutar en familia.

La familia Rodríguez Marina, oriunda de Avilés, se reunió para celebrar junta las navidades. Ángel Rodríguez, su mujer y sus hijos acudieron desde León para pasar las fiestas con el resto de la familia. El jueves, antes de retornar a tierras leonesas, la familia acudió a visitar "Humanos!", la muestra de LA NUEVA ESPAÑA, desarrollada por Proasur y patrocinada por el Ayuntamiento de Oviedo y Liberbank. Durante la visita, María Rodríguez guió a su familia por el recorrido, del que valoró la facilidad con la que se sigue el hilo del proceso evolutivo a través de los cinco hitos que plantea la muestra: el bipedismo, el uso de herramientas, el dominio del fuego, la ritualización de la muerte y el surgimiento del arte rupestre. "Las explicaciones están muy elaboradas", sostiene la joven, que destacó además las precisas reproducciones de los cráneos de homíninos y homínidos, cuya sucesión permite hacerse una idea muy ajustada del proceso evolutivo.

Para los más pequeños del grupo, los focos de atención eran otros. Irene Pinto, de 12 años, se mostró entusiasmada con las vitrinas comparativas, que mediante un juego de espejos permite ver un útil usado en tiempos prehistóricos con su equivalente actual. Por ejemplo, dos palos que se convierten en un mechero. "Me gusta poder ver cómo hacían las cosas antes y que con solo darle a un botón se pueda ver qué serían esas cosas hoy", destaca Irene Pinto. Para su primo Jorge Rodríguez, de 10 años, lo más llamativo son las recreaciones de los homínidos que pueblan las salas: "Me parecen muy realistas".

Los padres de los chavales aprecian la componente didáctica de la muestra, y la posibilidad de pasar un buen rato en familia. "Vimos un reportaje sobre la exposición en LA NUEVA ESPAÑA y decidimos venir con los chicos. Y la verdad es que nos lo hemos pasado muy bien, la exposición está estupenda y sirve para que se hagan una idea de todo el proceso evolutivo", sostiene Julia Rodríguez Marina.

Las figuras son un reclamo irresistible para niños y adolescentes, que ven de una manera nítida cómo eran nuestros ancestros, y también la evolución que marcó el paso del simio al hombre. Pero la muestra no es una simple sucesión de figuras, sino que cada elemento que completa el recorrido expositivo, cada audiovisual, panel o vitrina, enriquece el recorrido, a la vez que los sonidos hacen de la visita una experiencia más vívida. El ovetense Nicolás Fernández, que visitó la muestra con sus abuelos Estela Sáez y José Córdoba, destacaba precisamente la sensación de realismo que le quedaba al entrar en cada sala: "Me parece todo muy realista, y me gustan mucho las escenas en las que se ve cómo empezaron a usar las herramientas", explicaba el niño.

Los ojos

La presencia de grupos familiares ha sido una constante desde que la exposición abrió sus puertas, el pasado 21 de diciembre. El mismo día que los Rodríguez Marina recorrieron La Sala de LA NUEVA ESPAÑA, también recorrieron la muestra Carlos Noceda y su familia. Sus hijos, Carlos y Alicia, destacaron el realismo de la mirada de las recreaciones de especies extintas que pueblan la exposición.

"Me llama mucho la atención como están hechos los ojos, parecen muy reales", destacaba Carlos Noceda hijo. "Cuando entras en la sala, parece que te miran de reojo, que te están siguiendo con la mirada", añadía Alicia. Entre todas las recreaciones, una de las que más les llamó la atención fue la del "Homo floresiensis" u "Hombre de flores", el homínido de corta estatura (apenas un metro de alto y unos 25 kilos de peso) que habitó en la isla de Flores, en la actual Indonesia, hace unos 50.000 años, y al que sus descubridores apodaron "el hobbit" por sus singularidades anatómicas. "¡Pensábamos que estaba a escala!", afirmaban los Noceda, al descubrir que el diminuto homínido, que comparte sala con el rotundo neandertal, se muestra en la exposición tal cual sería en la realidad, como indican los restos que han llegado hasta nuestros días. Son los pequeños misterios de la evolución que quedan al descubierto durante la visita a "Humanos!", una muestra que permanecerá en La Sala de LA NUEVA ESPAÑA hasta el próximo 31 de marzo.