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LXXII Temporada de Ópera

Jessica Pratt: "En esta 'Lucia' la actividad escénica no da tregua"

La soprano australiana protagoniza, a partir del día 23 en el Campoamor, el título de Donizzeti sobre el que ha construido su carrera

Jessica Pratt, delante del Campoamor. FERNANDO RODRÍGUEZ

La protagonista de "Lucia di Lammermoor" es el personaje que ha marcado toda la carrera de la soprano australiana Jessica Pratt, una firme defensora de la ópera belcantista, que culminó sus últimos estudios con la soprano italiana Renata Scotto y que protagonizará el último título de la presente temporada de la Ópera de Oviedo. La ópera "Lucia di Lammermoor" es una de las más representadas de los últimos años en el Campoamor, que podrá verse nuevamente a partir de su estreno el próximo 23 de enero, en una Coproducción de la Ópera de Oviedo, Teatro Colón de Buenos Aires y Ópera de Tenerife.

Pratt ha participado en más de 30 producciones operísticas de "Lucia di Lammermoor" por todo el mundo. "Es una ópera interesante porque después de haber trabajado con tantos directores de escena y musicales, me doy cuenta de que un mismo texto se puede leer de formas muy distintas", explica a LA NUEVA ESPAÑA. "Te puedes encontrar un personaje de Lucia que puede ser tremendamente débil emocionalmente y necesitada, quizá en una representación más tradicional, hasta convertirse en una mujer con un carácter arrollador y muy fuerte". Pero Pratt quiere puntualizar que la personalidad de Lucia no es algo "aislado del resto de personajes, y está condicionada, incluso, por el carácter de los otros cantantes que te acompañen; es todo un trabajo en equipo que supervisa el director de escena".

Una de sus experiencias más interesantes que ha experimentado Pratt en esa ópera fue hace unos pocos años, cuando interpretaba simultáneamente el personaje de Lucia a la vez en Ámsterdam y en la Scala de Milán. "Entonces yo viajaba de una ciudad a otra para asistir a las representaciones, que se alternaban", asegura. "Absolutamente todo era diferente entre ambas, incluso los cortes de la música, todo".

La propuesta de la Scala, más tradicional , estaba ambientada en el siglo XIX, en la línea de lo propuesto en el libreto de "Lucia di Lammermoor". Firmaba esta puesta en escena Mary Zimmerman, que la propia Pratt interpretaría de nuevo en el Metropolitan de Nueva York. Sin embargo, en Amsterdam, "Monique Wagemakers propuso un espectáculo en el que Lucia estaba completamente loca, desde el comienzo al fin". La historia formaba parte de una pesadilla "en la que tenía que trepar, correr, se autolesionaba y estaba continuamente sobre el escenario", una versión extrema de la partitura de Donizetti, que supuso un desgaste físico importante para la soprano. "La parte buena es que, al ser una misma ópera tan diferente yo no llegaba a confundirme nunca entre lo que esperaban de mí en Milán o en Ámsterdam".

Bromea Pratt al asegurar que, además de toda la preparación vocal y psicológica que cualquier personaje de ópera necesita, en el caso de Lucia "también me entreno subiendo y bajando escaleras, porque la actividad escénica de este personaje no da tregua".

De su etapa en las clases de Renata Scotto, tiene una imagen de una "cantante muy inteligente, que sabía transmitir cualquier emoción con su voz". Gracias a ella obtuvo su primera oportunidad para actuar profesionalmente en un teatro de ópera. Recuerda que Scotto solía enfadarse "con el rumbo que la ópera ha tomado en las últimas décadas", comenta Pratt. "Ella formaba parte de un mundo operístico que ya no existe, en el que la música era lo único importante y lo que más tiempo de ensayos requería. En la actualidad no es así", añade, y continúa apuntando que "en un montaje de ópera podemos estar semanas preparando la puesta en escena y tener solo tres ensayos con la orquesta al completo antes de la función de estreno". Además, "hace cinco o seis décadas, los directores no pedían cantar tumbado o en una posición que no favoreciese por completo al canto, hoy eso tampoco es así", y pone como ejemplo toda la actividad física de las versiones de Lucia que interpreta.

Si Jessica Pratt ha construido su carrera sobre el personaje de Lucia, uno de los títulos más canónicos de la historia de la ópera, también ha encontrado tiempo para ahondar en obras más desconocidas y denominadas "óperas raras". Son partituras cuya interpretación le deja "libertad para interpretar. Tú no tienes libertad para interpretar como quieras 'Lucia' porque la multitud de grabaciones nos condicionan", asegura. "Todo el mundo espera escuchar la cadenza de la escena de la locura, y es algo impuesto por la interpretación de las grandes sopranos como Teatrazzini o Callas, no está en el original", apunta. La interpretación de estas "óperas raras" dentro del estilo del bel canto ha acompañado a Pratt desde los comienzos de su carrera y no tiene intención de renunciar a ellas. Al menos, por el momento.

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