Oviedo, A.G. T.

El barítono ucraniano Andrei Kymach debutará mañana, jueves, en "Lucia di Lammermoor", el último título de la temporada de ópera 19/20 que se estrenará en el teatro Campoamor de Oviedo a las 20.00 horas. Kymach ha sido ganador del concurso "BBC Cardiff Singer of the World Competition" en 2019. Un galardón que, en sus propias palabras, le ha "abierto las puertas de los grandes teatros del mundo".

La de Oviedo es la segunda producción de "Lucia di Lammermoor" que va a interpretar como el terrible hermano de la protagonista, Lord Enrico Ashton, "un ser vil y malvado que actúa en su propio beneficio y por motivos políticos, y todo a pesar de que la propia Lucia es un personaje más fuerte que Enrico. Es algo que se ve en el dúo que tienen juntos". Solo al término de la obra, asegura Kymach, que Enrico se da cuenta del enorme error cometido con su hermana.

El barítono ucraniano es abierto a los experimentos en materia escénica en la ópera. "Aunque el contexto en el que se desarrolla la acción cambie, la partitura siempre resta como un ancla, y sobre ella puedes desarrollar tu papel", señala. En el caso de esta producción dirigida por el italiano Nicola Berloffa y que transporta el Romanticismo gótico del libreto original a los años cuarenta, "el carácter tenebroso de la obra se conserva muy bien. Mi momento favorito de toda la producción en materia escénica es la escena de la locura, con un escenario que va girando por las diferentes estancias. Me parece una concepción muy dinámica de este momento", asegura.

A pesar de que es la segunda temporada de su carrera artística, ha participado haciendo "I puritani" la temporada pasada en el Teatro del Liceu de Barcelona y en esta misma producción en Tenerife.

Cuenta Kymach en clave cómica su historia sobre cómo consiguió hacerse con el premio en Cardiff. "Tuve que presentarme dos veces y en la primer de ellas ni siquiera llegué a poder presentarme a la prueba en directo, me eliminaron por currículum", explica. "Si no tienes suficiente experiencia, es mejor mandar la solicitud de participación en otro momento".

El barítono ruso Dimitri Hvorostovsky también lo ganó en su día, es uno de los cantantes que Kymach más admira, hasta el punto de que decidió dedicarse a la ópera solamente después de escuchar uno de sus discos cuando apenas era un adolescente: "Por este motivo siempre tuve cierta fijación con este concurso".

Una vez pasadas las primeras pruebas, se tomó dos meses de descanso de sus compromisos artísticos para trabajar sobre su repertorio en el concurso que incluía arias de Tchaikovsky, Rachmaninov y también de la propia "Lucia di Lammermoor". Kymach solo tiene buenas palabras para el concurso, "no tenía la sensación de estar en una competición, ni siquiera estaba nervioso, y creo que eso me ayudó mucho en las distintas pruebas que afrontamos, y en gran medida fue gracias al enorme equipo técnico que nos cuidaba durante nuestra estancia allí".

Para Kymach, el cambio tras el concurso fue inmediato. "Un día me levanté y la gente conocía mi nombre y querían invitarme a cantar en varios sitios, así que para mí, los concursos de interpretación sí que han sido importantes y condicionan mucho el artista en el que me he convertido hoy día", concluye.