Nacho Vegas está mudando de piel, lo que no quiere decir que no sea el mismo ni que vaya a dejar de serlo. El gijonés toca este jueves en casa, en la sala Acapulco de Gijón (21.00 horas) dentro de la gira "Vibra Mahou". En enero acabó la gira de presentación de su último disco, "Violética" y se despidió de su banda años, que se han convertido en una de los grupos de referencia del rock patrio, "León Benavente".
- ¿Fin de ciclo?
-El 11 de enero fue el último concierto con la banda, llevábamos doce año, ahora siguen Manu Molina (batería) y Joseba Irazoki (guitarra). El concierto del jueves es una cosa íntima y un repertorio diferente a la gira. Será un preludio de lo que se viene, un nuevo ciclo.
- ¿Por dónde van las cosas?
-Este año daremos pocos conciertos, la idea es montar una banda, revisar el concepto del directo y la forma de vestir las canciones. Con la anterior banda habíamos conseguido un sonido muy particular y no quiero replicar eso.
- Tiene por costumbre dejarse cosas en el tintero cuando saca un disco y luego lanzar un EP, ¿quedó algo de "Violética" en el cajón?
-Quedaron cosas y la idea era sacar un EP pero nunca salió. Este año recuperaré esas canciones y las incluiré en un disco recopilatorio en el que estarán canciones que no salieron en otros discos y algunas rarezas. Eso es lo que haré este año.
- Dice que quiere cambiar los ropajes de las canciones.
-Ahora mismo es difícil, nunca sabes por donde van a salir las canciones. En ocasiones me apetece hacer un disco conceptual pero las canciones se desmadran. Todas suponen una mirada a la realidad pero desde tu propia intimidad. A medida que cambia esa realidad, tanto de puertas para adentro como de puertas afuera, las canciones van vistiéndose de forma diferente.
- ¿Qué ha cambiado en su forma de mirar?
-Me interesa mantener una doble mirada, con canciones muy íntimas pero de una intimidad compartida, que el hecho autobiográfico sea universal. Y me interesa una mirada más colectiva, que hable un poco del mundo en el que vivo y plasmarlo en lo musical. Me interesa mucho la música popular, lo que tiene que ver con la tradición pero que mire también al futuro.
- En "Violética" destacó usted el papel de folklorista de Violeta Parra.
-Es como lo que hace Ambás en Asturias, recogiendo canciones tradicionales. De jóvenes pensábamos que lo tradicional era viejuno y son canciones que se pueden reinterpretar, reescribir y ser mucho más moderno que los que van de modernos.
- Me recuerda a Rodrigo Cuevas y su "Manual de Cortejo".
-Un discazo. Es una de las cosas más interesantes que se están haciendo, incorporar esa doble mirada como hacen también "María Arnal i Marcel Bages" en Cataluña, Baiuca en Galicia o Niño de Elche.
