"La situación es muy complicada", coinciden trabajadores de distinto centros residenciales dependientes de Bienestar Social,que advierten de la falta de equipos de protección básicos y de la ausencia de refuerzo de limpieza.

Uno de los principales puntos de inquietud del personal de Bienestar se centra en el centro residencial de Cabueñes, que atiende a personas con discapacidad las 24 horas del día. "El personal de atención directa está en contacto estrecho con los residentes para hacer tareas de aseo, movilización, de ahí que haya que extremar las precauciones para evitar contagios porque con su situación se trata de gente vulnerable", aseguró a este periódico uno de los empleados de esa área. "Solo nos habían facilitado una mascarilla por módulo, algo totalmente insuficiente", añadió. También afirman que el Centro Arco Iris de Oviedo "no hay protocolo específico de limpieza para desinfectar pomos, llaves de luz, que están en contacto directo con las manos". En este tipo de centros, que no son de mayores, no se interrumpieron las visitas hasta finales de semana.

El personal reconoce la implicación directa de la directora general de Servicios Sociales y Mayores, Trinidad Suárez, que ha visitado personalmente el centro residencial de Cabueñes para comprobar la situación, pero echan en falta procedimientos que refuercen la prevención para evitar riesgos de contagio. De momento, no hay constancia de ningún caso positivo en este tipo de centros. "No está garantizada la protección de los internos ni del personal, no hay cordones sanitarios suficientes", advierten. Y apuntan que todavía no se han implementado medidas de reorganización del personal, que aseguren la atención a este colectivo. "Hay personal que se ha ofrecido voluntariamente para formar retenes pero todavía no se han adoptado medidas. No hay que olvidar que los trabajadores son un vector de contagio para su entorno familiar, con el consiguiente riesgo de expansión del virus",, concluyeron las mismas fuentes.