España sufrirá en un plazo de diez o doce días el pico de enfermos por el COVID-19. En cambio, en Asturias la enfermedad comenzará a remitir antes, en un periodo próximo de entre cinco y siete días. Esa es la predicción del matemático asturiano Juan Luis Fernández, catedrático de la Universidad de Oviedo y director del Grupo de Problemas Inversos, Optimización y Aprendizaje Automático. Fernández ha elaborado un modelo de evolución de la enfermedad que se ajusta a medida que se van conociendo datos y que hasta ahora ha permitido "predecir" con fiabilidad los nuevos casos en Asturias. A raíz de la publicación en LA NUEVA ESPAÑA de su proyección, el Gobierno regional ha incorporado su modelo al trabajo sanitario para la contención de la enfermedad. Ahora, Fernández ha extendido su estudio al conjunto de España.

Juan Luis Fernández insiste en que las predicciones matemáticas no son inamovibles. "Los modelos son para ser utilizados, no para ser creídos", explica. "Nosotros trabajamos con datos, y el modelo los absorbe a medida que se producen, modificando los pronósticos y ajustándolos", señala. La distribución hacia el futuro establece una horquilla en la que se movería la aparición de nuevos casos, según la enfermedad estuviese más o menos controlada. En el caso de Asturias, el modelo funciona: "Para la jornada de ayer (por anteayer), habíamos predicho entre 221 y 275 casos. Para el cierre del día, las estadísticas del Principado daban 242 y hoy hemos visto que finalmente fueron 262 en toda la jornada". Pese a esa cifra real de 262 infectados en todo el pasado martes, el Ministerio de Sanidad facilitó ayer a las 13.00 la cifra de 242 porque solo suma en su informe diario los casos hasta las 20.00 horas del día anterior.

Los pronósticos para Asturias son relativamente optimistas. El máximo de diagnósticos podría llegar entre el lunes y el miércoles de la próxima semana, con un total de 1.200 enfermos en todo el Principado. "Tener estas predicciones es importante, porque permite planificar los servicios sanitarios, cuántas urgencias vas a tener", explica. En el ajuste del modelo actual (sujeto a variaciones a medida que se vayan obteniendo los datos reales) el número total de contagiados en Asturias alcanzaría los 2.500 a lo largo de todo el periodo de la enfermedad.

Para España, en cambio, los valores son elevados. Aunque en un plazo aproximado de 12 días (el fin de semana de la semana próxima) el país podría registrar la apabullante cifra de más de 10.000 nuevos contagiados, la mayoría serían leves. Con esas cifras, el total de españoles que padecerían el COVID-19 alcanzaría los 250.000 enfermos. "Pero este modelo puede cambiar y es posible que veamos bajar las estimaciones los próximos días", dice.

El matemático pone el acento en ese diferente ritmo de recuperación de la enfermedad que se dará en Asturias y en el resto de España, en especial en comunidades autónomas como Madrid o Cataluña. "No podemos tener el país paralizado un mes, una vez que Asturias esté más controlada habría que empezar a liberarla de medidas, con mucho control, eso sí; pero a partir de entonces sería mejor regionalizar los focos y aislarlos. En cambio, en Asturias u otras regiones se podrían tomar medidas como aislar a los mayores y la población de riesgo y permitir algunas cosas, con normas pactadas", asegura.

El científico reflexiona además sobre los efectos globales del virus. "Bill Gates ya decía hace años en una conferencia que la economía no podía depender de un virus. Con todo, es optimista: "Espero que nos haga a todos mejores como sociedad, aunque esa sociedad no va a ser la misma". Y confía en que los ciudadanos comprendan ahora la importancia de la investigación científica: "Si cada español donase un euro, el CSIC tendría 40 millones de euros para investigar una vacuna".