Cuidado. Si le llega un correo electrónico, una cadena de Whatsapp o un "telegram" con información sobre los últimos avances médicos sobre el coronavirus o solicitándole datos personales para chequear así por arte de magia si está contagiado, desconfíe. Mucho. Es el consejo de los expertos asturianos que se dedican a luchar contra el cibercrimen y que están viendo cómo desde que comenzaron los encierros de la población para frenar el avance del coronavirus, y con él el auge del cibertrabajo, los delincuentes que pueblan el extenso mundo de internet están sofisticando sus armas y tratando de sacar tajada entre una población que ha bajado la guardia y que está centrada en superar con éxito esta enorme crisis sanitaria.

"Está claro que van a aprovechar la situación", señala Julio Rilo, de la compañía asturiana de ciberseguridad Inixa. Como si de un cómic se tratara describe que la situación podría dividirse en tres viñetas. Una primera, en la que el virus se expande por Europa, otra más en la que los ciudadanos (los que pueden) se encierran a cibertrabajar en sus casas. Y una última en la que los cibermalos orientales atacan sin piedad. Se está entrando ya en esa tercera viñeta. Y el dibujo imaginario no está lejos de la realidad, hace solo unos días se descubrió que un grupo chino de ciberdelincuentes (vinculados con virulentos ataques cibernéticos a Ucrania, Rusia y Bielorrusia en 2016) había aprovechado el revuelo para volver a la carga lanzando una campaña de "malware" propagada a través del envío de un enorme número de correos masivos que, como seguramente ya habrán podido adivinar, utilizaban al coronavirus como gancho para intentar que alguien pinchara en el enlace adjunto y hacerse con los datos y la información de su ordenador.

El caso es que estos días el tráfico por internet está, en muchos momentos, al borde de la saturación -las operadoras aseguran que en Asturias ha crecido en un 40% desde que se impuso por decreto el encierro de la población- y la mayor parte de la información que consultan los ciudadanos en la red tiene que ver con el coronavirus. Los ciberdelincuentes quieren aprovechar el tirón para sacar tajada.

"El mayor peligro lo veo en los hospitales", señala Francisco Menéndez, responsable del área de seguridad y cumplimiento de Seresco, "se van a dar casos de gente del lado oscuro que se haga pasar por una fuente oficial (por el propio Ministerio de Sanidad) y escriba a estos centros solicitando información". El peligro es tan real como que esa situación ya se ha dado en algunos hospitales del centro de Europa. Le ocurrió hace solo unos días al Hospital Universitario de Brno en la República Checa. En estos momentos, según Marco Lozano, responsable de servicios de ciberseguridad para empresas y profesionales del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), "es necesario cultivar el espíritu crítico" y cribar lo máximo posible los mensajes que lleguen. El Incibe tiene habilitado un número de teléfono (el 017) para gestionar incidencias como estas.

Entre las recomendaciones de los expertos para sortear estos ciberataques está por ejemplo reforzar las contraseñas, utilizar la televisión de "streaming" siempre a través de canales seguros. Y desconfiar a la mínima cuando llegue algún correo solicitando información personal. Evidentemente, también conviene tener el antivirus a la última, completamente actualizado y preparado para cazar cualquier intento de ataque, especialmente en aquellos que teletrabajan.