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Una "mina" para hacer miles de mascarillas

Una fábrica de Tamón recibe un aluvión de pedidos del tejido desechable sontara para fabricar protección facial

Bobinas de sontara almacenadas en la fábrica de Tamón. R. SOLÍS

Una fábrica asturiana, la de la multinacional suiza Jacob Holm en Tamón (Carreño), podría ser una pieza clave en la producción masiva de mascarillas faciales desechables, tan escasas en estos momentos en España como imprescindibles para garantizar la salud de los profesionales expuestos a contagios de COVID-19 y la de quienes conviven con infectados.

La fábrica en cuestión, puesta en marcha por Du Pont en 2000 y vendida a Jacob Holm en 2014, produce el tejido llamado sontara, un compuesto de fibra de poliéster y celulosa de papel que se consigue entrelazando sus fibras mediante chorros de agua a alta velocidad y sin que intervenga proceso químico alguno en su fabricación. Sontara tiene aplicaciones ya conocidas para hacer objetos desechables como toallitas secas o húmedas, reposacabezas, batas y gorros de quirófano o paños para limpieza de espacios estériles, y en estos tiempos de necesidad también se ha revelado como buena materia prima para fabricar mascarillas.

El gerente de la compañía, José María Infanzón, contó ayer que, a raíz de la publicación el pasado jueves en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA de la noticia de una avilesina, Belén Fernández (exgerente de Novatex), que coordina en un pueblo de Toledo la fabricación de mascarillas en masa a partir de sontara, le han llovido las proposiciones de empresas y entidades interesadas en hacer lo propio, por lo que solicitan el envío de bobinas de sontara.

"El problema fundamental es que cada bobina de sontara pesa 500 kilos y la logística del transporte y el posterior corte de los paños no son sencillos por el gran volumen y el peso de las piezas", explica Infanzón. Para sortear este problema, la empresa está tratando de fabricar bobinas de menos peso. La estimación que hace el gerente es que una sola bobina de sontara, que se tarda en fabricar en Tamón quince minutos, da para fabricar 300.000 mascarillas: "La materia prima no es problema, tenemos sontara para hace todas las mascarillas que pudieran hacer falta; lo que no parece que haya en España es un centro de producción capaz de fabricar 300.000 mascarillas de golpe, y no lo hay porque la demanda ordinaria es mucho más pequeña".

Las peticiones de material le han llegado a la fábrica asturiana de sontara desde la propia región -geriátricos dispuestos a abrir talleres de confección para autoabastecerse de mascarillas o una fundación que trabaja con discapacitados en Siero, entre otras- y también de fuera de la provincia: "Nos han llamado empresas de ortopedia, firmas de moda infantil y una farmacéutica cordobesa de Lucena que tiene a 60 mujeres del pueblo dispuestas a confeccionar mascarillas para abastecer al hospital de Cabra".

José María Infanzón no descarta que en algunos casos la empresa haga donación de la sontara necesaria para hacer mascarillas.

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