Y llegó una vecina y mando parar la fiesta en La Corredoria. La denuncia de una mujer a los recitales diarios dirigidos por un DJ de La Corredoria a sus vecinos ha llevado a la Policia a ordenar el cese de la cita diaria que ya iba camino de convertirse en tradición en la calle Pablo Alonso Rato del populoso barrio ovetense.

Pablo Díaz es un joven de 20 años que se dedica al entretenimiento de los niños por vocación. De pequeño era muy hiperactivo y dice sufrir al ver como ahora los niños del barrio se ven sometidos al confinamiento por la crisis sanitaria.

Para aliviar su situación, desde el segundo día de cuarentena dictado por el Gobierno solía utilizar su equipo de música y vestirse de payaso para "animar al vecindario" entre las siete y las ocho de la tarde".

La fiesta terminó ayer cuando la Policía le dio "un toque" debido a la denuncia presentada, supuestamente, por una vecina disconforme con tanta muestra de jolgorio en estos tiempos tan difíciles.

La respuesta vecinal no ha podido ser más rotunda. Díaz cuenta por cientos las muestras de apoyo llegadas desde diferentes viviendas del barrio, especialmente por parte de los niños que le dedican cartas, dibujos y comentarios bonitos por las redes sociales.

Díaz, entusiasmado lamenta no poder seguir con su labor, pero perdona a su denunciante. "Entiendo también que no le guste a todo el mundo", comenta con cierta resignación.