El estado de alarma bajo el que vive España desde hace ocho días permite salir cada día a comprar prensa a los kioscos. Igual que sacar al perro a hacer sus necesidades, acudir al trabajo, hacer la compra o atender a familiares dependientes, ir a por el periódico es uno de los supuestos bajo los que una persona puede abandonar momentáneamente su domicilio. Una vez cumplida la tarea, la obligación es regresar y no alargar el paseo, como se ha detectado en algunas ciudades, especialmente a algunas personas que salían a pasear a sus mascotas.

El acceso libre a la información, en definitiva, el derecho a conocer lo que sucede durante el estado de alarma a través de los medios de comunicación, está garantizado. Los kioscos abrirán, ningún agente puede sancionar a nadie por acudir a ellos y los periódicos, como hace a diario LA NUEVA ESPAÑA, seguirán imprimiéndose.

El real decreto publicado en el BOE establece como una de las excepciones los establecimientos de venta de prensa: "Se suspende la apertura al público de los locales y establecimientos minoristas, a excepción de los (...) de alimentación, bebidas, productos y bienes de primera necesidad, establecimientos farmacéuticos, médicos, ópticas y productos ortopédicos, productos higiénicos, prensa y papelería, combustible para la automoción, estancos, equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, alimentos para animales de compañía, comercio por internet, telefónico o correspondencia, tintorerías y lavanderías".