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La "difícil" decisión de los "erasmus": ¿vuelvo o me quedo?

Mientras algunos estudiantes hicieron las maletas por el "temor" de sus familias, otros siguen fuera "con la cabeza en Asturias"

La pandemia del coronavirus divide a los "erasmus" de la región. Desde que España decretó el estado de alarma, algunos estudiantes han decidido regresar a Asturias y otros, en cambio, han optado por quedarse en sus países de acogida. Los alumnos de la Universidad de Oviedo con una beca de movilidad este curso aseguran que la decisión, tanto de volver como de quedarse, ha sido "muy difícil" y hasta el último momento muchos no hicieron las maletas. Los que retornaron afirman que lo hicieron por el "temor" de sus familiares, aunque confiesan que les daba pánico viajar por poder infectar a sus seres queridos. Y los que continúan en el extranjero viven su confinamiento o libertad, según el caso, con la "cabeza puesta en Asturias". LA NUEVA ESPAÑA ha recopilado el testimonio de siete "erasmus".

En Italia. En un piso de Roma lleva confinado dos semanas el avilesino Pablo Álvarez López, de 21 años. Estudia cuarto curso del doble grado de Física y Matemáticas en la Universidad Sapienza y asegura que descartó desde el primer momento volver a Asturias. "Aquí en el fondo estoy bien y era obvio que España iba acabar en la misma situación que Italia. Además si volvía a casa, corría el riesgo de que cuando empezase a remitir el virus en Roma, no pudiera regresar al cancelar España todos sus vuelos al extranjero", explica. Álvarez lamenta que su país "no hubiese actuado antes, viendo lo que estaba pasando en Italia". El estudiante avilesino vive con otros dos compañeros de clase y afirma que intenta llevar el encierro con "humor". "Es lo único que nos queda, pero es rara la situación... Salimos a la compra y a la terraza cuando podemos. La Universidad no abrirá como mínimo hasta el 3 de abril", agrega.

En Francia. El langreano Ignacio Gómez Argüelles, de 21 años, está afrontando la crisis del coronavirus con "incertidumbre". Estudia cuarto año de Derecho y ADE en Montpellier (Francia) y asegura que son "muchos los compañeros erasmus que están volviendo a sus países de origen". En su caso, está "esperando" a que la Universidad de Montpellier le dé "otras opciones de evaluación": "Si me voy ahora a Asturias sin ninguna solución, me arriesgaría a tener que cursar de nuevo las mismas asignaturas en España". Gómez lamenta que el gobierno francés haya tardado "en reaccionar" y cuenta que la situación en el país vecino es "muy similar" a la de España. "Las cifras de infectados crecen muy rápido. Se avecinan unas semanas algo duras, pero no queda otra opción que quedarnos en casa y esperar que la situación mejore", sentencia.

En Grecia. La sierense Elena Dapía Díaz, de 20 años, está de momento "tranquila". En Grecia, donde estudia tercero de Biotecnología, "no se ha alcanzado un número de contagios comparable al de Italia o España, ya que se han tomado medidas muy rápido, como el cierre de colegios, tiendas o bares, y el establecimiento de un aforo restringido en los supermercados (haciendo cola fuera a una distancia de un metro)". El pasado día 10 le cancelaron en la Universidad todas las clases y prácticas. Sin embargo, ha rechazado volver a Asturias. "Si regresase no sabría si podría volver aquí a acabar el curso ya que no podría cursar las asignaturas que tengo ahora en Oviedo, lo que podría suponer un problema a nivel académico. Además, al limitar los vuelos, es complicado volver, y también significa una mayor exposición al virus y la posibilidad de contagiar a mi familia al volver a casa", abunda. Dapía dice tener "la cabeza en España" y en sus seres queridos: "Compartes su angustia y aunque yo pueda salir a pasear, siento que debo quedarme en casa".

En República Checa. El gijonés Diego Braña Bueno, de 20 años, se encuentra en Ostrava (República Checa). Allí cursa desde hace siete meses tercero del grado de Ingeniería Mecánica. "El estado de alarma ya fue declarado al poco tiempo de la cancelación de clases (el martes día 10) cuando había nada más que 100 infectados aproximadamente. Se vive como si fuese algo lejano aún a nosotros ya que hay muy pocos contagios en el país, pero somos conscientes, al estar en estado de alerta, del peligro que nos supone salir a la calle", comenta. Braña no ha solicitado volver a Asturias, pues considera que el gobierno checo "está llevando el tema con seriedad y está haciendo las cosas bien, al contrario que en España". "De momento aquí se está bien", apunta, para pasar a hablar de su región. "Estoy preocupado por mi familia y amigos; me preocupa que en España se haya tardado tantísimo en tomar las medidas de seguridad adecuadas a la situación. A pesar de esto considero que si todos nosotros llevamos el tema con la suficiente responsabilidad y hacemos caso a lo que se nos dice España saldrá adelante", concluye.

En Irlanda hasta hace una semana. El ovetense Sergio Novo García, de 21 años, llegó hace una semana a la región desde Dublín. Sus padres querían que volviese a casa "por todo lo que estaba sucediendo": estado de alarma, confinamiento, cierre de fronteras terrestres? "Era cuestión de tiempo que el Gobierno tomase también medidas en el espacio aéreo y creo que me libré por los pelos", expresa. Tuvo que volar hasta Londres y hacer noche en el aeropuerto de Stansted para aterrizar finalmente en Santander. Novo pasó en cuestión de horas de vivir en un país, Irlanda, donde podía salir a la calle, a otro, España, en el que tiene que estar encerrado en su casa. Pero, al menos, añade, "puedo pasar tiempo con mis padres y mi hermano".

Novo llevaba desde el 8 de septiembre en Dublín. A allí se trasladó para estudiar cuarto del doble grado de ADE y Derecho. "En Dublín se empezó a hablar del coronavirus hace dos semanas cuando se detectó un caso en la Trinity, una Universidad del centro. A partir de ahí, el Gobierno canceló todas las clases hasta el 29 de marzo, afectando la medida a mi Universidad (Technological University of Dublin)", señala. Si volverá o no a Irlanda al terminar su estancia "erasmus", es hoy una gran incógnita. "La coordinadora nos ha dicho que el tiempo dirá... Hay mucha incertidumbre con los exámenes de mayo", remata.

En Alemania hasta el pasado viernes. La gijonesa María Andrés Rojas, de 21 años, tomó la difícil decisión de regresar a casa hace apenas seis días. Llevaba seis meses en Frankfurt Oder (a 40 minutos en tren de Berlín), donde estudia cuarto curso del doble grado de Derecho y ADE. "Las fronteras ya estaban cerradas con muchos países y, aunque la tasa de mortalidad no está siendo tan elevada, había muchísimos contagiados. En los supermercados de mi pueblo no había papel higiénico, no hay leche? Los efectos se estaban notando cada vez más", afirma. María Andrés consideraba que "lo responsable" era quedarse en Alemania, pero en el último momento optó por volver y abrazar a su familia. "Lo hice por ellos", apunta. Las clases en su Universidad se retomarían en condiciones normales el 15 de abril, pero ya han anunciado que "se retrasarán una semana por lo menos". "Han cancelado los exámenes de recuperación de finales de este mes e incluso se dice que acabaremos dando todas las clases on-line, lo cual no es raro aquí, ya que tenemos algunas que no son presenciales", comenta. A Andrés, no obstante, le da "miedo" no poder terminar sus estudios en Alemania, una vez remita la pandemia del coronavirus. El curso allí acabaría en agosto.

En Irlanda hasta hace una semana. Alicia Castro Pavón, de 21 años, es natural de San Vicente de la Barquera, aunque reside desde hace cuatro cursos en Oviedo. Hace siete meses se mudó a Dublín para estudiar cuarto de Derecho y ADE. El pasado miércoles día 18 hizo las maletas. "Han cerrado la Universidad hasta el día 29 y se veía cada vez menos gente por la calle. Al principio descarté volver. Pensaba: 'Si todos los erasmus que estamos en Europa lo hacemos, esto será un caos y un riesgo innecesario'. Pero se empezaron a ir mis amigos y la embajada de España en Dublín nos decía que si queríamos marchar tenía que ser antes del 19. Así que no lo pensé más", cuenta. ¿Tomó la decisión acertada? "Sinceramente no lo sé. Mi mayor temor es si tengo el virus y no lo sé y contagio a mi familia. Estar encerrada me da igual, porque en Irlanda iba a hacer lo mismo aquí: guardar la cuarentena", contesta.

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