A Juanín, un vecino de 80 años de Berodia, en Cabrales, lo sorprendió la Guardia Civil hace unos días bajando a pie hasta Carreña, situada a poco más de cuatro kilómetros. El hombre no tiene carné de conducir ni vehículo para desplazarse. Pretendía comprar comida en Carreña y regresar luego a casa. Los agentes le dieron la vuelta, porque no se puede realizar ese tipo de desplazamientos en pleno estado de alarma. Sin embargo, los agentes no han dejado en la estacada a este hombre, y ayer un guardia del puesto de Carreña le llevó dos bolsas repletas de alimentos que había adquirido previamente el Ayuntamiento de Cabrales.

Juanín se conforma con alimentos fríos, como queso. Preguntado si quería alguna comida caliente, el hombre contestó que no. Eso sí, el octogenario inquirió si podía acudir al banco en Carreña este lunes, para cobrar la paga. El agente, de nombre Rubén, le indicó que preguntaría en el banco para ver si podían llevarle el dinero a casa sin necesidad de salir. Y es que, dada su edad, Juanín se encuentra entre la población de riesgo del coronavirus.

Ayuda a domicilio

Como explicó el alcalde de Cabrales, José Sánchez, "se trata de facilitar la vida a la gente mayor, si llama alguno, le compramos la comida y se la llevamos a casa". Por el momento tienen a cuatro o cinco ancianos que, por su estado de salud, o su aislamiento, dependen de este servicio para sobrevivir durante esta época de confinamiento. "Hay más ancianos que tienen dificultades, pero reciben ayuda de familiares que residen cerca de ellos", explicó el regidor.

Los agentes de la Guardia Civil están realizando durante estos días otros servicios de reparto de alimentos o medicinas a personas mayores o dependientes en Salinas (Castrillón), Siero, Noreña, Laviana o San Martín del Rey Aurelio. En otras provincias, como Guadalajara, los agentes han repartido hasta tabletas y ordenadores entre los alumnos de un instituto que carecían de medios informáticos para continuar la formación desde casa.