"Vivimos en un ambiente posapocalíptico, tenemos que mendigar para conseguir comida". El testimonio es del Carlos Jiménez, avilesino de 25 años, residente en Bangkok (Tailandia) y atrapado en la India con su pareja (de nacionalidad rusa) en plena crisis sanitaria por el coronavirus. "Vinimos de vacaciones mucho antes del estallido, sino no hubiésemos venido", recalca. Jiménez está en una población del sur de la India, Goa, y desgrana los principales problemas diarios de suministro de alimentos. "Casi no se puede conseguir comida, se supone que el gobierno garantiza el suministro básico y da unos números de teléfono, aunque no funcionan. La alternativa es salir a la calle y buscar alguna tienda abierta", recalca el asturiano, que incide, "te levantas todos los días pensando en buscar comida, he tenido que incluso mendigar a algún vecino".

La embajada española ha sido clara con sus indicaciones, según este asturiano. A él y al resto de españoles les han instado a atrincherarse en domicilio. Jiménez consiguió un pequeño apartamento. "La verdad es que estoy mejor que otra gente". En la India, al menos, quedan 21 días de cuarentena prorrogable. "El temor es que todo vaya a peor, que es algo probable teniendo en cuenta la situación del país. A nosotros nos queda esperar a que pase el bloqueo para intentar conseguir un vuelo. A mi novia no la voy a dejar sola", recalca. En la India, además, este asturiano detalla los abusos de precio que están teniendo lugar en algunos establecimientos: "Se están aprovechando, un poco de arroz igual cuesta cinco euros", asegura Jiménez, que trabajaba de agente de exportación en Tailandia. "Quisiera destacar a Jorge de Luca el cónsul de España en Mumbai, que está haciendo todo lo que puede".

De la India, a Sudáfrica. Enrique Castaño (1983, San Martín del Rey Aurelio), montador de parques eólicos, lleva en Sudáfrica desde enero y ahora está afinado en un hotel de Johannesburgo con otros cuarenta españoles. El país, como mediomundo, está en cuarentena por el coronavirus. "Teníamos un vuelo para regresar el día 29, pero se canceló. Ahora solo nos queda esperar. Nos dicen que no hay casi vuelos, pero estamos al lado del aeropuerto y vemos salir aviones a diario", indica. El asturiano vive ahora en un aparta hotel con otros compatriotas. "Estamos tres o cuatro en habitaciones matrimoniales, por lo menos estamos juntos, aunque el ánimo cada vez va a peor. Queremos volver a nuestro país. Mi familia está preocupada y está moviendo todo en España para conseguir que vuelva".

Australia también está siendo otro de los focos de españoles que quieren regresar con su familia. Julia Gutiérrez (Oviedo, 1994), que está en Brisbene, confía en regresar el domingo tras haber conseguido un vuelo de vuelta. En Australia, al menos todavía, no hay cuarentena obligatoria. "No se puede salir a la calle más de dos personas, pero se comenta que en una semana habrá. El vuelo me ha costado mil euros, con escala en Doha", recalca la ovetense, que desde hoy está en contacto con la embajada, "me dijeron que no habría problema". En Australia, el principal problema se sitúa con las aerolíneas. Recientemente, por ejemplo, un vuelo a Madrid costaba 14.000 dólares. A Gutiérrez le ha salido por 1.000 euros.