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PABLO PALACIO | Médico de Piedras Blancas, residente en el Hospital de Viladecans (Barcelona)

"A los pacientes más mayores les dejamos nuestros móviles para que vean a la familia"

"Según cada hospital, a veces hay que tomar decisiones que en otras circunstancias, sin colapso sanitario, no se llevarían a cabo"

Pablo Palacio Alvaré.

Pablo Palacio Alvaré, de 25 años, natural de Piedras Blancas (Castrillón) y médico por la Universidad de Salamanca, trabaja ahora cara a cara contra el coronavirus en el Hospital de Viladecans, en Barcelona. Es resiente de primer año de Medicina Familiar y Comunitaria. "Me gustan las especialidades médicas en general: no soy mucho de quirófano", confiesa en una conversión con LA NUEVA ESPAÑA tras una guardia.

- Al grano. Estás en primera línea de fuego luchando contra el virus en el Hospital de Viladecans. ¿Cómo es el día a día?

-Desde que empezó la pandemia, a los residentes, tanto en las guardias como en la planta del hospital, nos reparten pacientes o habitaciones y visitamos nosotros a los ingresados. Esta es una manera de repartirnos los enfermos y reducir el grado de exposición tanto de los adjuntos como del resto de residentes.

- ¿Cómo es el contacto con esos enfermos por COVID-19?

-Los enfermos se asignan como decía por habitaciones, de forma que los pacientes de cada uno están en un mismo cuarto. De esta forma se evita que varios sanitarios entren en distintas habitaciones varias veces al día. A todos los pacientes se les visita, pero ahora contactamos con ellos por teléfono para preguntarles cómo han pasado la noche, como se sienten, si les preocupa algo... Es un forma de alargar una conversación que, en otras cinrcunstancias, tendríamos en la misma habitación y que ahora no podemos porque existe el riesgo de estar en contacto con el virus.

- ¿Informan a las familias?

-Antes cada médico llamaba a las familias de sus enfermos, pero ahora en mi hospital se ha habilitado un "call center".

- ¿En qué consiste?

-Las especialidades que no visitan a los pacientes se dedican a leer la evolución que escribimos de cada paciente y ellos informan llamando a los familiares. Los pacientes también pueden comunicarse con los familiares: muchos hacen videollamadas, y a los más mayores, que no suelen tener teléfonos móviles nuevos, a veces les prestamos el nuestro mientras les visitamos para que sus famlias puedan verles por teléfono. Eso nosotros como médicos, pero detrás de nosotros hay más gente dando el callo.

- ¿Escasea el material de protección?

- Se necesita ayuda, y urgente, desde las empresas o quien sea para poder disponer de más y poder atender a los pacientes sin el riesgo de que cualquier profesional pueda caer enfermo y lo que eso supone al hospital: más carga de trabajo, más tiempo y riesgo de contagio y menos profesionales dispuestos a salir de la crisis.

- Pacientes jóvenes frente a ancianos, enfermos frente a sanos, ¿ya se está priorizando la atención?

-Por desgracia, y según el hospital en el que trabajes, a veces tienes que tomar decisiones que en otras circunstancias, sin colapso sanitario, no llevarías a cabo. Influye mucho el grado de patologías y comorbilidades que tenga una persona, sea mayor o sea joven, el problema es el que es: falta de espacio, falta de equipos... eso impide que se puedan tomarsemedidas efectivas que, como ya he dicho, en otras circunstancias si se tomarían.

- ¿Ven luz al final del túnel?

-En líneas generales, no se respira un ambiente optimista. Hay que evitar, además, volver a la normalidad de un día para otro: sería empezar de cero.

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