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Confusión y desconcierto en el estreno abortado del hospital de la Feria de Gijón

Anulado in extremis el traslado de tres pacientes de Cabueñes l Los sanitarios ven "absurdo" abrir el recinto con la red asistencial medio vacía

Un vigilante del recinto ferial de Gijón toma la temperatura a un operario que accede a la zona. JULIÁN RUS

La apertura del hospital de campaña instalado en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón dio ayer lugar a una notable ceremonia de la confusión entre los responsables del dispositivo sanitario que da respuesta en Asturias a la pandemia de COVID-19. Según varios especialistas situados en espacios de decisión y consultados por este periódico, el supuesto cruce de criterios discrepantes se tradujo en un paciente prácticamente montado en la ambulancia que tenía que trasladarlo a un centro que estaba llamado a estrenar. Cuando toda la cadena de mando daba por hecho que el hospital sería inaugurado de inmediato, llegó una contraorden que adujo que aún faltaban detalles en la instalación y que el estreno tenía que posponerse.

Entre tanto, los trabajadores contratados en los últimos días ya estaban ocupando sus puestos en una instalación prevista para albergar 144 camas. Teóricamente, está concebida para enfermos que no necesitan una atención sanitaria intensiva pero que, al mismo tiempo, aún no están listos para regresar a su domicilio porque precisan, por ejemplo, unos días más de tratamiento con terapias de oxígeno. Ayer habían acudido a su puesto de trabajo en el recinto un médico, dos enfermeras, tres técnicos de cuidados auxiliares de enfermería y un celador, con la idea de trabajar en uno de los seis bloques instalados, con 24 camas.

Durante la mañana, en el hospital gijonés de Cabueñes se había seleccionado a tres posibles "candidatos" para estrenar este espacio: eran los tres enfermos ingresados en la séptima planta que más se habían recuperado. El equipo sanitario fue citado en el recinto a las seis de la mañana, para prepararse con tiempo suficiente y empezar a trabajar a las ocho. Anteayer ya habían aprendido, por ejemplo, a ponerse y quitarse los equipos de protección individual (EPI). Los contratados subrayan que la instalación parece estar "muy bien organizada" en cuanto a protocolos.

El personal de Cabueñes nunca llegó a tener claro que esta derivación de enfermos se fuese a llevar a cabo. "Todo eso es contradictorio; aún tenemos margen. El HUCA está a la mitad de su capacidad real y los centros de Begoña y Covadonga aún tienen huecos libres. Los internados en residencias de ancianos deberían quedarse allí salvo casos muy puntuales; para eso se contrató personal sanitario de apoyo", argumentaron empleados del servicio de Urgencias del hospital gijonés.

Entre los buenos conocedores de la red sanitaria de respuesta a la pandemia, la opinión predominante es que montar esta instalación ha sido un acierto de la Consejería de Salud en momentos de enorme incertidumbre sobre las potenciales dimensiones del proceso epidémico. Sin embargo, agregan que carece de sentido poner en marcha un recinto sanitario provisional cuando, según datos de la Consejería de Salud correspondientes al pasado lunes, el nivel de ocupación de los hospitales de la región es del 54 por ciento, lo que se traduce en varios centenares de camas libres.

"Es absurdo", declaró ayer a LA NUEVA ESPAÑA uno de los mejores conocedores del operativo sanitario del Principado. "No tiene justificación; tiene toda la pinta de ser un gesto de cara a la galería", destacó otro especialista del sistema. Entre los sindicatos de la sanidad prevalece la postura de que abrir el hospital de la Feria estaría justificado ante un gran aumento del número de contagiados o la necesidad de acoger a enfermos de otras comunidades autónomas. Fuera de estos supuestos, valoran la medida como un dispendio "no solo de dinero, sino también de profesionales, que escasean" y que, en algunos casos, son sustraídos a otros dispositivos sanitarios de Asturias.

Mientras tanto, el Sespa y la Cámara de Comercio de Gijón han habilitado un correo electrónico (hospitalferia@camaragijon.es) y una cuenta corriente (IBAN ES61 2048 0003 6434 0461 8671) en busca de voluntarios que quieran aportar una ayuda económica para costear la instalación o donar material de algún tipo.

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