El consejero de Salud, Pablo Fernández, subrayó ayer ante los diputados de la Junta General del Principado la necesidad -en el proceso de desescalada que ahora se inicia- de "vigilar cualquier repunte" de la pandemia de COVID-19. Y admitió que tal posibilidad "es altamente probable por muy bien que se diseñe" el citado repliegue de medidas restrictivas y de confinamiento domiciliario de los ciudadanos de la región.

Por lo pronto, los datos de ayer no arrojaron sorpresas. Se registraron 37 infectados nuevos, que elevan el total a 2.546. Los curados son ya 716, tras añadirse 28. El ritmo de fallecidos no baja: los 8 nuevos hacen un total de 239. Los hospitalizados experimentaron un notable descenso (23) y ahora son 317: de ellos, 269 en planta y 48 en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

En Gijón, el Hospital de Cabueñes anunció a sus trabajadores que la próxima semana se llevarán a cabo reuniones para preparar el aumento de la actividad. El centro sanitario amaneció ayer con 249 pacientes ingresados, de ellos solo 24 diagnosticados con coronavirus y otros 24 a la espera de resultados. Sí hubo un pequeño repunte en la UCI, que llegó a albergar siete enfermos con el virus y cuatro por otras enfermedades. Ayer se empezó a debatir la intención de liberar alguna planta más, como se hizo con la segunda del ala par, que oficialmente ya no atiende casos de coronavirus.

En la sanidad privada, el Centro Médico de Asturias, emplazado a las afueras de Oviedo, también comunicó la reactivación de su actividad asistencial "en todas las áreas, con medidas de protección para personal y pacientes y protocolos epidemiológicos". La primera planta queda como espacio de aislamiento de COVID-19, bien para positivos o sospechosos, y abre la segunda planta, cerrada hasta el momento, con un mínimo de camas para atender pacientes de lunes a viernes.