El último cambio de criterio del Ministerio de Sanidad en el cómputo de víctimas del covid-19 hace desaparecer de un plumazo 14 fallecidos en la estadística asturiana. La razón es un mero ajuste en las condiciones epidemiológicas para considerar cuándo un fallecimiento se debe al coronavirus SARS-CoV-19, y se suma al caos contable con el que el Ministerio ha gestionado las cifras de la enfermedad.
El nuevo criterio establece que se consideran muertos por covid-19 aquellos enfermos que hayan dado positivo en prueba PCR. Esto deja fuera, por ejemplo, a aquellos casos en los que el fallecido ya no tenía presencia de ADN viral (lo que determina el PCR) o no se le había realizado esa prueba en su momento, pero sí que había pasado la enfermedad, lo que se comprobaba con un test rápido. La razón parece estar, según las fuentes consultadas, en la disparidad de criterio de algunas comunidades para valorar los resultados de los test rápidos, pero adoptar esta medida ahora, cuando la enfermedad está en una fase descendente, supone una confusión extra sin apenas beneficio.
También se ha variado la condición para considerar a los enfermos que se suman a la estadística: primero el Ministerio sumaba en algunas comunidades a aquellas personas que habían dado positivo tanto en PCR como en test rápidos de anticuerpos; después consideró únicamente los positivos con PCR (que son aquellos que tienen presencia de ADN viral) y ahora incorpora también a quienes obtienen resultado positivo en el test de anticuerpos IgM Elisa (que significa que aún está presente la enfermedad).
Hasta ahora, además, la información sobre aquellas personas que precisaron hospitalización sumaba casos confirmados de covid-19, pero también sospechosos. Asturias, por ejemplo, informaba de hospitalizaciones sospechosas, mientras que otras comunidades solo consideraban aquellos confirmados por PCR. En cuanto a los fallecimientos, se sumaban los positivos en PCR, pero también aquellos en los que se habían detectado anticuerpos y había indicios de que la muerte era consecuencia de la enfermedad, aunque no se hubiese podido detectar ADN viral.
La nueva medida se suma a la adoptada ayer para cambiar la hora de reporte de las cifras. Hasta ahora, las comunidades autónomas remitían al Ministerio sus datos a las 20.00 horas, acumulando los casos de las 24 horas precedentes. Esos datos eran facilitados públicamente y agregados por el Ministerio de Sanidad en la rueda de prensa de la mañana del día siguiente. Ahora, el Gobierno central ha decidido informar de las estadísticas por la tarde (en parte, de ese modo se evita la hora punta de audiencia de los informativos del mediodía) pero reclama a las comunidades que aporten sus datos relativos a un día natural completo: desde las 00.00 horas hasta las 00.00 horas siguientes. Esa situación provocó ayer un nuevo desajuste contable en la cadencia habitual de la publicación de las cifras.
En Asturias, además, eso ha trastabillado la dinámica informativa de casos de las residencias de ancianos (se hacían públicos con la información conocida hasta las 18.00 de la tarde), que también deberán ajustarse al nuevo horario al que debe rendir cuentas la Consejería de Salud. En definitiva, un nuevo revés en un cómputo estadístico que ha sufrido varios cambios de metodología generando más confusión sobre la evolución real de la pandemia.
